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Corea del Sur logra un nuevo hito espacial con su cuarto satélite espía en órbita

Corea del Sur ha dado un paso más en su carrera tecnológica al poner en órbita su cuarto satélite espía, un avance que refuerza su capacidad de vigilancia independiente. El lanzamiento, realizado desde Cabo Cañaveral, Estados Unidos, marca un momento clave en la estrategia del país para monitorear actividades en la región, especialmente en relación con su vecino, Corea del Norte.
El satélite fue enviado al espacio a bordo de un cohete Falcon 9 de SpaceX, una empresa reconocida por su innovación en la industria aeroespacial. El despegue ocurrió a las 20:48 hora local del lunes, y en tan solo 15 minutos, el satélite alcanzó su órbita prevista a las 21:03. Este éxito demuestra la precisión y la coordinación entre las autoridades surcoreanas y sus socios internacionales.
El Ministerio de Defensa de Corea del Sur confirmó el logro y señaló que el siguiente paso es verificar el funcionamiento del satélite mediante comunicación con una estación terrestre. Este proceso es crucial para asegurar que el equipo pueda cumplir con su misión de recolección de datos de inteligencia de manera efectiva.
Este cuarto satélite forma parte de un ambicioso plan para completar una red de cinco satélites espías antes de que finalice el año. Con esta red, Corea del Sur busca reducir su dependencia de imágenes satelitales proporcionadas por Estados Unidos, fortaleciendo así su autonomía en materia de seguridad.
El proyecto no es nuevo: el país ya había lanzado con éxito su primer satélite militar en diciembre de 2023 desde California, seguido por un segundo en abril de 2024 desde el Centro Espacial Kennedy, en Florida. El tercer satélite, de fabricación nacional, despegó en diciembre de 2024 desde la Base de la Fuerza Espacial Vandenberg, también en California.
La carrera espacial en la península coreana se intensifica, ya que Corea del Norte también ha mostrado avances en este ámbito. En noviembre de 2023, Pyongyang logró poner en órbita su primer satélite espía militar, el Malligyong-1, lo que ha generado preocupación en la región y ha motivado a Seúl a acelerar sus esfuerzos.
Este nuevo satélite surcoreano está equipado con tecnología avanzada, aunque no se han revelado detalles específicos sobre sus capacidades. Sin embargo, se espera que proporcione datos clave para la vigilancia estratégica, contribuyendo a la seguridad nacional en un contexto geopolítico complejo.
El éxito del lanzamiento no solo destaca el progreso tecnológico de Corea del Sur, sino también su creciente influencia en el ámbito aeroespacial global. La colaboración con SpaceX y el uso de cohetes Falcon 9 reflejan la confianza en la experiencia de socios internacionales para alcanzar objetivos ambiciosos.
Este hito llega en un momento en que la tecnología satelital desempeña un papel cada vez más importante en la seguridad y la defensa. La capacidad de monitorear actividades en tiempo real desde el espacio es un recurso invaluable para cualquier nación en el siglo XXI.
Con este cuarto satélite en órbita, Corea del Sur se posiciona como un actor relevante en la escena tecnológica mundial, demostrando que su visión va más allá de las fronteras terrestres y se proyecta hacia el futuro del espacio.

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