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Violencia descontrolada sacude Guanajuato y Michoacán con bloqueos y quema de vehículos

Una ola de violencia paralizó Guanajuato y Michoacán este miércoles, con bloqueos carreteros, quema de vehículos y ataques a comercios que sembraron el caos en múltiples municipios. Grupos criminales, presuntamente ligados al Cártel Jalisco Nueva Generación, desataron disturbios en respuesta a operativos de seguridad, según autoridades.
En Michoacán, los municipios de Apatzingán, Uruapan, Zamora y La Piedad fueron los más afectados. Sujetos armados incendiaron al menos 15 vehículos, incluyendo camiones y autobuses, y bloquearon carreteras clave como la México-Guadalajara. En Apatzingán, dos tiendas de conveniencia fueron consumidas por las llamas tras ataques coordinados.
Guanajuato no escapó de la furia criminal. Cuatro bloqueos incendiarios se registraron en carreteras como Pénjamo-Abasolo y La Piedad-Pénjamo. El secretario de Seguridad estatal, Juan Mauro González, confirmó la quema de vehículos en puntos estratégicos, atribuyendo los hechos a los disturbios iniciados en Michoacán.
La Secretaría de Seguridad Pública de Michoacán señaló que los ataques son una reacción a operativos contra el crimen organizado. Sin embargo, la rápida escalada de la violencia expone la fragilidad de las estrategias de seguridad en la región, dejando a la población atrapada en el fuego cruzado.
En Jalisco, los disturbios también se hicieron presentes. Un tráiler en llamas bloqueó la caseta de Ocotlán, mientras que en La Barca se reportaron enfrentamientos. La coordinación entre células criminales en los tres estados apunta a una acción orquestada para desafiar a las autoridades.
A pesar de la magnitud de los hechos, no se reportaron víctimas mortales hasta el momento. Sin embargo, el impacto en la movilidad y la economía local es severo, con comunidades enteras paralizadas por el temor y la incertidumbre.
Las autoridades han desplegado operativos conjuntos con el Ejército, la Guardia Nacional y la Guardia Civil para restablecer el orden. Sin embargo, la persistencia de los bloqueos y la falta de detenciones relevantes generan dudas sobre la efectividad de estas medidas.
La violencia en Michoacán, Guanajuato y Jalisco evidencia el poderío de los cárteles y la dificultad del gobierno para contenerlos. Mientras los ciudadanos exigen seguridad, las carreteras arden y el caos se apodera de la región.

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