La Federación Mexicana de Natación tiene un nuevo líder. Daniel Delgadillo, exnadador olímpico en Tokio 2020 y egresado del Tecnológico de Monterrey, fue elegido como presidente de la FMN durante el Campeonato Nacional de Natación celebrado en Tijuana. Su designación marca el inicio de una etapa que busca renovar la organización y recuperar la confianza de los deportistas y la comunidad acuática.
Delgadillo, originario de Nuevo León, cuenta con una trayectoria destacada como atleta. Representó a México en los Juegos Olímpicos y ha sido un referente en la natación nacional. Su experiencia en competencias de alto nivel y su formación académica lo posicionan como una figura capaz de liderar la federación en un momento clave para los deportes acuáticos en el país.
La elección de Delgadillo se da en un contexto de cambios significativos. La FMN ha enfrentado años de controversias, incluyendo la expulsión de la federación por parte de World Aquatics en 2024 debido a problemas de gobernanza y presuntos actos de corrupción ligados a su expresidente, Kiril Todorov. Esta situación dejó a los atletas mexicanos sin representación internacional oficial durante un tiempo.
Bajo el liderazgo de Delgadillo, la FMN busca cumplir con los estándares internacionales de transparencia exigidos por World Aquatics. La creación de nuevas federaciones para disciplinas como clavados y natación artística, impulsadas por la Conade, es parte de un esfuerzo por reestructurar los deportes acuáticos en México y garantizar que los atletas compitan con el respaldo oficial del país.
La designación del nuevo presidente también responde a la necesidad de unificar a las asociaciones estatales y clubes de natación. La FMN cuenta con 36 asociaciones y cerca de 500 clubes a nivel nacional, lo que la convierte en una de las federaciones deportivas más grandes del país. Delgadillo tendrá la tarea de coordinar estos esfuerzos para fortalecer la base de los deportes acuáticos.
Uno de los retos principales será recuperar la confianza de los deportistas. Los últimos años han estado marcados por conflictos, como la suspensión de becas por parte de la Conade y la exclusión de atletas en eventos selectivos. La gestión de Delgadillo deberá enfocarse en garantizar que los nadadores tengan acceso a competencias justas y recursos adecuados.
La comunidad acuática ha recibido la noticia con optimismo, aunque con ciertas reservas. Figuras como María José Alcalá, presidenta del Comité Olímpico Mexicano, han enfatizado la importancia de una federación que priorice a los atletas y cumpla con los requisitos internacionales. Delgadillo tendrá que trabajar de cerca con estas instituciones para consolidar su proyecto.
El camino por delante no será sencillo. La FMN debe completar su reafiliación a World Aquatics y asegurar que las nuevas federaciones acuáticas cumplan con los requisitos legales para ser reconocidas como asociaciones deportivas nacionales. Este proceso incluye la presentación de actas constitutivas, estatutos y constancias de afiliación, entre otros documentos.
A pesar de los desafíos, la llegada de Delgadillo representa una oportunidad para los deportes acuáticos en México. Su experiencia como atleta y su conocimiento del entorno deportivo podrían ser clave para devolverle a la natación mexicana el prestigio que ha tenido en eventos internacionales, donde el país ha sumado medallas en Juegos Centroamericanos, Panamericanos y Olímpicos.
El Campeonato Nacional de Natación en Tijuana no solo sirvió como escenario para la elección de Delgadillo, sino también como un recordatorio del talento que existe en México. Con una nueva dirección, la FMN espera escribir un capítulo de éxito para los nadadores y las disciplinas acuáticas en el futuro.

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Daniel Delgadillo asume la presidencia de la Federación Mexicana de Natación en medio de un nuevo capítulo para los deportes acuáticos
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