En la Casa del Migrante de Ciudad Juárez, Chihuahua, se llevó a cabo una misa especial para despedir al Papa Francisco, conocido entre los migrantes como “el papa de los migrantes”. Decenas de personas de distintas nacionalidades se reunieron para honrar su memoria y orar por su eterno descanso tras su fallecimiento.
El padre Francisco Javier Bueno, director del albergue, encabezó la ceremonia. Recordó con cariño la visita del Papa a esta frontera en 2016, un gesto que marcó a la comunidad migrante. Durante su homilía, destacó que Francisco siempre defendió a quienes cruzan fronteras en busca de una vida mejor.
La misa reunió a migrantes de Centroamérica, Sudamérica y México, muchos de los cuales están en tránsito o esperan resolver su situación migratoria. Para ellos, el Papa representaba una figura de esperanza y solidaridad en medio de las dificultades que enfrentan en su camino.
Daniel López, un migrante venezolano, expresó su tristeza por la pérdida. Mencionó que Francisco era una persona que siempre mostró apoyo a los migrantes, y su fallecimiento dejó un vacío entre quienes lo veían como un aliado en su lucha por un futuro mejor.
Otro asistente, Jairo Antonio Méndez, originario de Honduras, compartió su dolor. Llegó a Ciudad Juárez hace cuatro meses tras un duro trayecto que incluyó viajar en tren y dormir en las calles. Para él, el Papa fue un símbolo de compasión que nunca olvidará.
El padre Bueno resaltó el legado de Francisco, quien dejó una guía clara para el trabajo pastoral con migrantes. En su visita hace nueve años, el Papa instó a acoger, proteger, promover e integrar a las personas en movilidad, principios que siguen vigentes en la labor de la Casa del Migrante.
Durante la ceremonia, los asistentes recordaron las palabras del Papa en su misa de 2016 en el río Bravo, donde denunció las injusticias que enfrentan los migrantes, como la trata de personas y el tráfico humano. Estas palabras resonaron profundamente en la comunidad presente.
La Casa del Migrante de Ciudad Juárez continúa siendo un refugio para miles de personas que buscan cruzar a Estados Unidos o regularizar su situación en México. La labor del albergue se inspira en el mensaje de Francisco, quien siempre abogó por la dignidad de los más vulnerables.
Para los migrantes, esta misa no solo fue un momento de despedida, sino también una oportunidad para reflexionar sobre el impacto del Papa en sus vidas. Su mensaje de misericordia y justicia sigue siendo una luz en su difícil camino.
La comunidad migrante y los voluntarios de Ciudad Juárez prometen mantener vivo el legado del Papa Francisco. Su compromiso es seguir trabajando por un mundo donde los migrantes sean tratados con respeto y humanidad, como él siempre lo pidió.

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Migrantes en Ciudad Juárez despiden con una emotiva misa al Papa Francisco
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