La presidenta Claudia Sheinbaum afirmó que no existe ningún problema con la devolución de impuestos correspondiente a la Declaración Anual 2024, asegurando que el Servicio de Administración Tributaria (SAT) está cumpliendo con los plazos establecidos por la ley. Sin embargo, miles de contribuyentes reportan demoras significativas en comparación con años anteriores, lo que ha generado molestias y dudas sobre la eficiencia del gobierno.
Durante su conferencia matutina, Sheinbaum insistió en que los tiempos de devolución están dentro de lo permitido por el Código Fiscal de la Federación, que establece un plazo de 40 días hábiles. No obstante, expertos y ciudadanos recuerdan que en administraciones pasadas las devoluciones se procesaban en un promedio de 5 a 15 días, lo que pone en entredicho las declaraciones de la mandataria.
El SAT ha informado que, hasta el 15 de abril de 2025, se han procesado devoluciones para 1.3 millones de contribuyentes, con un monto total de 10 mil 323 millones de pesos. Aunque estas cifras parecen positivas, muchos mexicanos siguen esperando su dinero, lo que ha desatado críticas sobre la gestión de los recursos públicos bajo el gobierno de Morena.
Edilberto Castro, especialista en impuestos, señaló que el SAT está tomando el tiempo máximo permitido por la ley para realizar las devoluciones, lo que equivale a casi dos meses. Esta práctica contrasta con la rapidez de años anteriores, generando sospechas sobre si el gobierno está retrasando los pagos intencionalmente.
Sheinbaum, por su parte, defendió la labor del SAT y destacó que no hay irregularidades en el proceso. Según la presidenta, las demoras reportadas no representan un problema estructural, sino que son parte de los tiempos legales establecidos. Sin embargo, no ofreció soluciones concretas para agilizar las devoluciones ni respondió a las quejas de los contribuyentes.
Las críticas no se han hecho esperar. En redes sociales, usuarios han acusado al gobierno de “jinetear” el dinero de los impuestos, utilizando los fondos de los ciudadanos mientras se procesan las devoluciones. Este descontento se suma a otras controversias económicas de la administración de Sheinbaum, como el manejo del déficit fiscal.
A pesar de las declaraciones oficiales, el malestar entre los contribuyentes sigue creciendo. La promesa de una gestión fiscal responsable parece chocar con la realidad de miles de mexicanos que aún no reciben su saldo a favor, lo que pone en tela de juicio la transparencia del gobierno.
El panorama no es alentador para quienes confiaban en una mejora en los procesos fiscales. Mientras Sheinbaum insiste en que todo marcha bien, la espera de los contribuyentes continúa, y la confianza en las instituciones se erosiona cada día que pasa sin una solución clara.