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El oro se dispara a niveles récord: ¿el refugio perfecto ante la incertidumbre económica?

El precio del oro ha alcanzado un nuevo máximo histórico, superando los 3,500 dólares por onza, impulsado por su estatus como activo seguro en tiempos de incertidumbre económica global. Este aumento, que representa un incremento del 6.6% en solo una semana, es el más significativo desde la pandemia, según datos del mercado financiero.
Factores como la volatilidad en los mercados, las tensiones geopolíticas y las políticas comerciales de Estados Unidos han reforzado la demanda de oro. Las amenazas de aranceles por parte de la administración de Donald Trump han generado nerviosismo entre los inversionistas, quienes buscan proteger su capital en activos estables.
Los bancos centrales, especialmente el Banco Popular de China, han intensificado sus compras de oro, aumentando sus reservas por tercer mes consecutivo. Esta tendencia refuerza la percepción del metal como un respaldo confiable frente a monedas volátiles y economías inestables.
Analistas de Goldman Sachs proyectan que el oro podría alcanzar los 4,000 dólares por onza para mediados de 2026, mientras que UBS estima un precio de 3,880 dólares para finales de 2025. Estas proyecciones reflejan la confianza en el metal como una inversión sólida a mediano y largo plazo.
La fortaleza del oro también se debe a la disminución de oportunidades de inversión en otros activos, como los bonos, que ofrecen rendimientos bajos. Además, los fondos cotizados en bolsa (ETF) han registrado fuertes flujos de capital hacia el oro, lo que amplifica su tendencia alcista.
Otros metales preciosos, como la plata, también han experimentado alzas significativas, con un aumento del 8.6% hasta los 31.3 dólares por onza. Este contexto favorece a las empresas productoras de metales, que reportaron resultados sólidos en el primer trimestre de 2025.
A pesar de su atractivo, los expertos advierten que el oro no está exento de riesgos. Su precio puede ser volátil en el corto plazo, y los costos de almacenamiento para el oro físico pueden reducir los rendimientos de la inversión.
El panorama económico global, marcado por la inflación, los recortes de tasas de interés y la incertidumbre política, seguirá siendo un motor clave para el precio del oro. Los inversionistas, tanto institucionales como individuales, ven en este metal una herramienta de diversificación para sus carteras.
Para aquellos interesados en invertir, los analistas recomiendan evaluar el perfil de riesgo y los objetivos financieros. El oro, aunque históricamente confiable, requiere un enfoque estratégico para maximizar sus beneficios en un entorno económico cambiante.

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