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Casi cuatro años después de la tragedia: ¿Por qué sigue sin garantizarse la seguridad en la Línea 12 del Metro?

Han pasado casi cuatro años desde el colapso de un tramo elevado de la Línea 12 del Metro en la Ciudad de México, un incidente que dejó 26 muertos y decenas de heridos. Ahora, el Sistema de Transporte Colectivo Metro anuncia un estudio de vibración en el tramo elevado, desde Tlaltenco hasta Atlalilco. ¿Por qué hasta ahora se toman estas medidas?
El estudio, programado del 22 de mayo al 31 de diciembre de 2025, analizará vibraciones, desplazamientos y esfuerzos en elementos estructurales clave del viaducto elevado. La convocatoria oficial, publicada en la Gaceta Oficial, detalla que se enfocarán en puntos críticos que podrían poner en riesgo la operación del Metro.
La Línea 12, conocida como la Línea Dorada, ha sido un símbolo de problemas desde su inauguración en 2012. Construida durante la gestión de Marcelo Ebrard, entonces jefe de Gobierno, la línea enfrentó señalamientos por irregularidades en su construcción, incluyendo soldaduras deficientes y falta de pernos en las trabes, según investigaciones posteriores al desplome.
El colapso de mayo de 2021, entre las estaciones Olivos y Tezonco, expuso una crisis de mantenimiento y supervisión. Vecinos y trabajadores del Metro habían alertado sobre vibraciones excesivas y daños visibles desde el terremoto de 2017, pero las autoridades no actuaron a tiempo. Las imágenes de los vagones cayendo sobre la Avenida Tláhuac aún resuenan en la memoria colectiva.
Aunque la Línea 12 reabrió por completo en enero de 2024, tras años de reparaciones, la confianza de los usuarios sigue fracturada. Las autoridades capitalinas, encabezadas por Morena, prometieron justicia y mejoras, pero el anuncio de este estudio genera más preguntas que respuestas. ¿No se hicieron revisiones exhaustivas antes de la reapertura?
El gobierno de la Ciudad de México insiste en que el estudio es parte de un plan de mantenimiento continuo. Sin embargo, la licitación para este proyecto, con fallo programado para el 16 de mayo, llega tarde para muchos. Los habitantes de Tláhuac e Iztapalapa, quienes dependen de esta línea, exigen garantías de que no volverán a vivir una tragedia.
Además, el STC Metro planea instalar sismógrafos en otras líneas, como la 4, 9 y B, para monitorear su comportamiento. Esto sugiere que los problemas estructurales podrían no limitarse a la Línea 12, lo que aumenta la preocupación sobre la seguridad general del sistema de transporte.
La gestión de Claudia Sheinbaum, actual presidenta y entonces jefa de Gobierno, ha sido cuestionada por su manejo de la crisis. La exdirectora del Metro, Florencia Serranía, nunca rindió cuentas, y las promesas de justicia para las víctimas se diluyeron en acuerdos reparatorios. Mientras tanto, los usuarios siguen viajando con incertidumbre.
El estudio de vibración es un paso, pero no borra los errores del pasado. La Línea 12 sigue siendo un recordatorio de las consecuencias de la negligencia y la falta de transparencia. Los capitalinos merecen un transporte seguro, pero la pregunta persiste: ¿cuándo se priorizará de verdad su seguridad?

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