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Santos Laguna toca fondo: ¿Es Alejandro Irarragorri el culpable de la crisis?

Santos Laguna vive su peor momento histórico en la Liga MX. El Clausura 2025 ha sido un desastre para el equipo de Torreón, que no ha sumado un solo punto en las primeras jornadas. La afición, conocida por su lealtad, está decepcionada y las gradas del Estadio TSM lucen cada vez más vacías.
La crisis no es nueva. Desde hace dos torneos, los Guerreros han mostrado un desempeño mediocre, con decisiones cuestionables en la directiva y fichajes que no han rendido. La gota que derramó el vaso fue el nombramiento de Alejandro Irarragorri Kalb, hijo de 24 años del dueño del club, como presidente en octubre de 2024.
Alejandro Irarragorri, líder de Grupo Orlegi y propietario del club, ha sido señalado como el principal responsable. Su decisión de colocar a su hijo al frente, pese a su corta edad y experiencia limitada, ha generado críticas. Muchos aficionados consideran que esta movida fue un error que ha profundizado la crisis.
Aleco Irarragorri, como se le conoce, asumió el cargo con un currículum que incluye estudios en administración y experiencia en clubes como Atlético de Madrid y Celtic. Sin embargo, su juventud y la falta de resultados han puesto en duda su capacidad para liderar a un equipo en una situación tan delicada.
El rendimiento en el Clausura 2025 es alarmante. Cuatro derrotas consecutivas han dejado a Santos en el fondo de la tabla. Incluso el técnico Fernando “Tano” Ortiz, quien llegó con la esperanza de revertir la situación, ha enfrentado problemas. Reportes indican que presentó su renuncia, pero no fue aceptada.
La afición no se ha quedado callada. En redes sociales, los seguidores expresan su frustración con mensajes como los de Fernando Castillo, quien acusó a Irarragorri de “destrozar” al club. Otros han convocado a una manifestación pacífica antes del próximo partido contra Puebla en el TSM.
La gestión de Irarragorri también ha sido cuestionada por decisiones pasadas. En 2023, enfrentó una investigación de la Fiscalía General de la República por presunto fraude fiscal, aunque no hubo consecuencias claras. Este antecedente ha alimentado la desconfianza hacia su liderazgo.
El panorama no es alentador. Santos, que alguna vez fue un referente del fútbol mexicano con títulos y un estilo aguerrido, parece lejos de recuperar su grandeza. La directiva enfrenta el reto de reconectar con una afición desencantada y devolver al equipo a la competencia.
Mientras tanto, las críticas a Alejandro Irarragorri no cesan. Su negativa a vender el club, como respondió a un empresario lagunero en enero, refleja su intención de mantenerse al frente. Pero los resultados no lo respaldan, y la paciencia de los aficionados se agota.
El futuro de Santos Laguna es incierto. Con un presidente joven e inexperto y un dueño bajo fuego, el club necesita un cambio urgente. La Comarca Lagunera espera que los Guerreros recuperen su espíritu, pero el camino parece largo y complicado.

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