El arzobispo primado de México, Carlos Aguiar Retes, encabezó una misa solemne al mediodía en la capilla Mariana, el principal recinto de la Basílica. Este espacio, que en 2016 acogió al papa Francisco durante una ceremonia con 50,000 personas, se llenó de fieles que buscaban rendir homenaje al líder religioso. La bandera del Vaticano ondeó a media asta, reflejando el duelo que embarga a la comunidad católica.
Desde el municipio de Chimalhuacán, en el Estado de México, Ramiro Escamilla y su esposa Rosaura viajaron hasta la capital para participar en la misa. La noticia de la muerte del papa, comunicada por su hijo en la madrugada, los motivó a emprender el trayecto. Escamilla expresó su tristeza mientras sostenía un cuadro de la Virgen de Guadalupe, símbolo de la fe que los unió en este momento de despedida.
Lupita Mazón, una creyente originaria de Puebla, también acudió a la Basílica, acelerando una visita que ya tenía planeada para mostrarle el templo a su nieta. La noticia del fallecimiento la recibió con el corazón apesadumbrado, pues albergaba esperanzas de que el papa superara su enfermedad. Con resignación, comentó que solo Dios conoce el tiempo de cada persona.
El papa Francisco falleció a las 07:35 horas de Roma, en la madrugada de México, debido a un derrame cerebral fulminante que derivó en un coma y un colapso cardiovascular irreversible, según informó el Vaticano. La noticia conmocionó a México, el segundo país con más católicos en el mundo, donde su figura era especialmente querida por su cercanía con los más humildes.
Durante la misa, el cardenal Aguiar Retes recordó que la Basílica de Guadalupe era el lugar predilecto del papa Francisco, un sitio al que confesó sentir un apego especial durante su visita en 2016. En aquella ocasión, el pontífice oró por las víctimas de la violencia, dejando una huella imborrable en los mexicanos que lo acompañaron.
Lorena Arteaga, una madre católica presente en la ceremonia, compartió entre lágrimas su admiración por el legado del papa. Para ella, Francisco se despidió del mundo con una bendición durante la Pascua y mantuvo su compromiso de servicio hasta el último momento. Su ejemplo, dijo, la inspira a vivir su fe con mayor entrega.
La relevancia de Francisco en México trasciende su visita de 2016. Como líder de la Iglesia católica, promovió mensajes de justicia social, defensa de los migrantes y cuidado del medio ambiente, resonando con los valores de millones de mexicanos. Su muerte marca el fin de una era para la comunidad católica, que ahora mira hacia el futuro con la elección de un nuevo pontífice.
En la Basílica, los fieles depositaron flores y veladoras en un altar improvisado en honor al papa, mientras otros sostenían carteles con su imagen. La atmósfera estaba cargada de emoción, con cánticos y oraciones que recordaban su mensaje de amor y esperanza. México, unido en el dolor, despidió a un líder que dejó un legado imborrable.

Imagen generada por IA con fines informativos o representativos. Digital Plural se deslinda de cualquier uso o interpretación.
Miles de mexicanos se reunieron en la Basílica de Guadalupe para despedir al papa Francisco, el primer pontífice latinoamericano, cuya muerte ha dejado un profundo vacío en el corazón de los fieles. El luto colectivo desbordó el emblemático templo de Ciudad de México, donde se congregaron personas de diversas regiones del país, unidas por el dolor y la admiración hacia su legado de paz y humildad.
Compartir: