El secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, expresó su pesar por el fallecimiento del Papa Francisco, una figura clave para millones de católicos en México y el mundo. A través de sus redes sociales, el funcionario de Morena compartió un mensaje que busca resonar con la comunidad católica, pero su declaración no está exenta de críticas.
El Papa Francisco, conocido por su enfoque progresista y su defensa de los más vulnerables, dejó un legado que marcó a la Iglesia Católica. Su muerte, confirmada por el Vaticano, ha generado reacciones en todo el mundo, y México, un país mayoritariamente católico, no es la excepción. Ebrard, como representante del gobierno federal, no perdió tiempo en pronunciarse.
Sin embargo, la rapidez de Ebrard para emitir condolencias contrasta con el silencio de otros funcionarios de Morena, incluido el presidente Andrés Manuel López Obrador. Este mutismo genera preguntas: ¿por qué el gobierno federal no ha emitido un posicionamiento oficial más contundente ante la pérdida de una figura tan relevante para los mexicanos?
El mensaje de Ebrard, aunque breve, busca proyectar empatía. Calificó al Papa como un líder espiritual que inspiró a millones y extendió sus condolencias a la comunidad católica. Pero su tono parece más protocolario que genuino, lo que podría interpretarse como un intento de ganar simpatías en un momento de luto global.
La relación entre el gobierno de Morena y la Iglesia Católica ha sido tensa en los últimos años. Aunque el Papa Francisco mantuvo un discurso crítico hacia las desigualdades sociales, tema que coincide con la narrativa de la 4T, las posturas del gobierno en temas como la laicidad han generado fricciones. La condolencia de Ebrard podría ser un intento de suavizar estas tensiones.
En el contexto mexicano, la muerte del Papa Francisco podría tener implicaciones más allá de lo espiritual. La Iglesia Católica ha sido un actor clave en temas sociales, desde la defensa de los derechos humanos hasta la mediación en conflictos. Sin un líder de la talla de Francisco, el panorama para las comunidades más necesitadas podría complicarse.
Mientras tanto, la ausencia de un mensaje claro por parte del presidente López Obrador refuerza la percepción de que el gobierno prioriza su agenda política sobre los sentimientos de la población. En un país donde la religión juega un papel central, este silencio podría costarle caro a Morena en términos de apoyo popular.
Por ahora, las palabras de Ebrard son el único eco oficial del gobierno ante la pérdida del Papa. Resta ver si el resto del gabinete se pronunciará o si, como en otras ocasiones, el tema será relegado para evitar controversias. La muerte del Papa Francisco no solo enluta a los católicos, sino que pone a prueba la sensibilidad del gobierno mexicano.

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Marcelo Ebrard lamenta la muerte del Papa Francisco: ¿Qué impacto tendrá en México?
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