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El misterio del Papa Francisco: ¿Por qué nunca regresó a Argentina en 12 años?

Jorge Mario Bergoglio, conocido como el Papa Francisco, marcó la historia al convertirse en el primer pontífice latinoamericano en 2013. Sin embargo, durante sus 12 años de papado, nunca volvió a pisar su tierra natal, Argentina. A pesar de haber viajado a países vecinos como Brasil, Bolivia, Paraguay y Chile, su ausencia en el país que lo vio nacer generó preguntas y especulaciones.
Francisco asumió el papado con una agenda repleta de compromisos globales. Sus 47 viajes internacionales lo llevaron a 66 países, muchos de ellos en las periferias del mundo, un concepto que él mismo defendía. Sin embargo, Argentina, su hogar, quedó fuera de esas rutas. Inicialmente, se atribuyó esta decisión a la falta de tiempo, pero con los años, las razones parecen más complejas.
La polarización política en Argentina es un factor clave para entender esta ausencia. El país ha vivido años de tensiones entre distintos sectores políticos, desde los gobiernos de Cristina Fernández hasta el de Javier Milei. Francisco, consciente de esta “grieta”, evitó cualquier visita que pudiera ser interpretada como un respaldo a un grupo político en particular.
Sus encuentros con presidentes argentinos reflejan esta cautela. Cristina Fernández se reunió con él siete veces, más que cualquier otro mandatario. Mauricio Macri tuvo un encuentro breve y frío, de apenas 22 minutos. Alberto Fernández, con quien tenía cercanía, lo decepcionó al impulsar la ley del aborto, un tema sensible para el Papa. Incluso con Javier Milei, con quien tuvo un acercamiento tras críticas iniciales, Francisco mantuvo una postura neutral.
El Papa siempre expresó su amor por Argentina. Amigos cercanos, como el activista Gustavo Vera, aseguran que seguía de cerca las noticias del país, desde el fútbol hasta los problemas sociales. Intercambiaba cartas y mantenía contacto con obispos y fieles, demostrando que su corazón seguía en Buenos Aires, aunque su cuerpo no.
Algunos analistas sugieren que Francisco temía que su presencia fuera utilizada políticamente. En un país donde la política está profundamente dividida, su figura como líder espiritual podía convertirse en un trofeo para cualquier bando. Esta preocupación lo llevó a priorizar la nostalgia personal por encima de un regreso que pudiera generar controversias.
A pesar de las invitaciones de presidentes, obispos y fieles, el viaje nunca se concretó. En 2024, Francisco expresó intenciones de visitar Argentina, pero su salud frágil y el contexto político lo impidieron. Su muerte el 21 de abril de 2025 dejó esta deuda pendiente, un enigma que aún intriga a millones de argentinos.
La relación de Francisco con Argentina fue compleja, marcada por el cariño y la distancia. Mientras muchos lo veneraban como un símbolo de orgullo nacional, otros lo veían como un líder distante que no cumplió con regresar. Su legado, sin embargo, trasciende fronteras, dejando una huella imborrable en la Iglesia y en el mundo.

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