Este lunes, el mundo se estremeció con la noticia del fallecimiento del Papa Francisco, el primer pontífice latinoamericano, quien dejó un vacío imborrable a los 88 años. Jorge Mario Bergoglio, nacido en Argentina, marcó un hito en la historia de la Iglesia Católica al liderarla desde 2013 con un mensaje de humildad, cercanía con los más necesitados y una firme defensa de los derechos humanos.
Líderes de toda América expresaron su profundo pesar por la partida del Papa. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, destacó su legado a pesar de desencuentros pasados, señalando su compromiso con los pobres y su mensaje de paz. En contraste, el expresidente Barack Obama lo describió como un líder que inspiró a millones a ser mejores personas, subrayando su impacto moral y espiritual.
En América Latina, las reacciones fueron igualmente emotivas. La presidenta de Honduras, Xiomara Castro, lo recordó como un guía espiritual cercano a los humildes, defensor de la paz y los migrantes. Por su parte, el presidente de Bolivia, Luis Arce, lo llamó un amigo de la Patria Grande, resaltando sus mensajes en favor del medioambiente y su encíclica Laudato Si como un referente para enfrentar la crisis climática.
El presidente de Paraguay, Santiago Peña, elogió la fe y humildad de Francisco, afirmando que su legado de servicio a los vulnerables perdurará. En Uruguay, el mandatario Yamandú Orsi lamentó su partida en un momento en que el mundo más lo necesitaba, destacando su capacidad para hablar con sinceridad a quien fuera necesario.
Desde Costa Rica, el gobierno expresó condolencias a la comunidad católica mundial, reconociendo al Papa como un líder que dejó un legado de amor al prójimo y compromiso social. En Guatemala, el presidente Bernardo Arévalo lo describió como un hombre de paz y sabiduría, cuya sencillez reflejó su grandeza.
En Puerto Rico, la gobernadora Jenniffer González decretó tres días de duelo, destacando la habilidad de Francisco para conectar con los corazones de los más marginados. En Argentina, la expresidenta Cristina Fernández expresó una tristeza infinita, recordándolo como el rostro de una Iglesia más humana, con los pies en la tierra.
Sin embargo, no todas las reacciones fueron unánimes. Opositores cubanos calificaron de controversial la postura de Francisco hacia la isla, valorando su rol en el acercamiento entre La Habana y Washington, pero lamentando una falta de firmeza en la defensa de los derechos humanos. En Nicaragua, exiliados destacaron su denuncia contra las injusticias del gobierno de Daniel Ortega.
El impacto de Francisco trascendió fronteras y religiones. Su mensaje de inclusión, justicia social y cuidado del planeta resonó en líderes y ciudadanos de todo el continente. Su muerte, causada por un ictus tras una larga batalla contra una infección respiratoria, cierra un capítulo histórico para la Iglesia y América Latina.
El Vaticano prepara ahora los detalles de su despedida y el cónclave para elegir a su sucesor. Mientras tanto, miles de fieles se congregan en la Plaza de San Pedro, donde el silencio y las campanas de la Basílica reflejan la magnitud de esta pérdida. El legado de Francisco, sin embargo, seguirá guiando a quienes buscan un mundo más justo y compasivo.

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América llora la pérdida del Papa Francisco: el legado de humanidad del primer pontífice del continente
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