La Universidad Estatal de Florida, en Tallahassee, reanudará sus clases este lunes tras el devastador tiroteo del pasado jueves que dejó un saldo de dos personas muertas y seis heridas. El incidente, ocurrido en el corazón del campus, ha sacudido a la comunidad estudiantil y generado un profundo impacto en la región.
El ataque tuvo lugar alrededor del mediodía en el área del Student Union, una zona concurrida del campus. Las autoridades universitarias emitieron de inmediato una alerta de tirador activo, instando a los estudiantes y al personal a resguardarse. La rápida respuesta de la policía permitió neutralizar la amenaza en pocos minutos, pero no sin antes dejar un trágico saldo.
El sospechoso, identificado como Phoenix Ikner, un estudiante de 20 años de la universidad, fue herido por la policía y se encuentra hospitalizado. Según las autoridades, Ikner es hijo de una agente del sheriff del condado de Leon y utilizó una pistola registrada a nombre de su madre para perpetrar el ataque. Las investigaciones aún no han determinado el motivo detrás de esta tragedia.
Las víctimas fatales fueron Robert Morales, coordinador de comedores universitarios, y Tiru Chabba, ejecutivo de Aramark, proveedor de servicios de alimentos. Ninguno de los fallecidos era estudiante, pero su pérdida ha conmocionado a la comunidad universitaria. Seis personas más resultaron heridas, una de ellas en estado crítico, y fueron trasladadas al Tallahassee Memorial Healthcare.
Tras el incidente, la universidad suspendió todas las clases, eventos y actividades deportivas, y el campus permaneció bajo estrictas medidas de seguridad. Las autoridades escolares del condado de Leon también cerraron temporalmente escuelas y colegios de la zona como medida preventiva, ante la incertidumbre generada por el tiroteo.
Para el regreso a clases, la Universidad Estatal de Florida ha implementado medidas flexibles. Los estudiantes e instructores podrán optar por clases presenciales o a distancia, según sus necesidades y el tipo de asignatura. Además, se eliminaron las políticas de asistencia obligatoria, asegurando que ningún estudiante será penalizado por no asistir en persona.
El presidente de la universidad, Richard McCullough, destacó la valentía de los oficiales de policía, a quienes calificó como héroes por su rápida intervención. También anunció que se ofrecerá apoyo psicológico y emocional a la comunidad universitaria para ayudar a procesar el trauma causado por este evento.
El gobernador de Florida, Ron DeSantis, expresó su solidaridad con las víctimas y la comunidad universitaria, declarando en redes sociales que “hoy todos somos seminoles”. Sin embargo, el presidente Donald Trump, al ser cuestionado sobre el incidente, descartó cambios en las leyes de armas, defendiendo la Segunda Enmienda y afirmando que “no es el arma la que dispara, es la gente”.
Este tiroteo ha reavivado el debate sobre la seguridad en los campus universitarios y la violencia armada en Estados Unidos. La Universidad Estatal de Florida, fundada en 1851 y con más de 44 mil estudiantes, no es ajena a este tipo de tragedias, pues en 2014 un incidente similar en la biblioteca del campus dejó tres personas heridas.
Mientras la comunidad de Tallahassee intenta sanar, las autoridades continúan investigando las circunstancias del ataque. El campus, ahora asegurado, busca retomar la normalidad, pero las cicatrices de este trágico día permanecerán en la memoria de todos los que forman parte de esta institución.

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Tragedia en Florida: Universidad reanuda clases tras tiroteo que dejó dos muertos
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