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Reino Unido intercepta aviones rusos cerca del espacio aéreo de la OTAN

El Reino Unido desplegó esta semana aviones de combate para interceptar dos aeronaves rusas que volaban peligrosamente cerca del espacio aéreo de la OTAN. Las misiones, realizadas sobre el mar Báltico, marcan el inicio de la operación Chessman, destinada a reforzar la vigilancia aérea en la región.
El martes 15 de abril, dos cazas Typhoon de la Real Fuerza Aérea británica despegaron desde la base de Malbork, en Polonia. Su objetivo era un avión de inteligencia ruso Ilyushin Il-20M, conocido como Coot-A, que sobrevolaba el espacio aéreo internacional. Las autoridades británicas confirmaron que la aeronave no había establecido comunicación adecuada con los controles de tráfico aéreo.
Dos días después, el 17 de abril, otra misión tuvo lugar. Los Typhoon británicos interceptaron un avión no identificado que salía de Kaliningrado, un enclave ruso entre Polonia y Lituania. Este segundo incidente ocurrió cuando la aeronave se acercaba al espacio protegido por la OTAN, generando alerta entre los aliados.
Ambas intercepciones se llevaron a cabo sin incidentes. Los aviones rusos no ingresaron al espacio aéreo de la OTAN, pero su presencia fue considerada una provocación. El Ministerio de Defensa británico destacó que estas acciones reflejan la creciente actividad militar rusa en la región, lo que ha puesto en alerta a los países aliados.
La operación Chessman, liderada por el Reino Unido, busca fortalecer la seguridad en el flanco oriental de la OTAN. La base de Malbork, desde donde operan los Typhoon, es un punto estratégico para monitorear los movimientos rusos. La colaboración con aliados como Suecia, reciente miembro de la OTAN, también fue clave en estas misiones.
Luke Pollard, secretario de Estado británico para las Fuerzas Armadas, subrayó el compromiso del Reino Unido con la seguridad colectiva. Según sus declaraciones, estas acciones demuestran la capacidad de respuesta rápida ante cualquier amenaza, especialmente en un contexto de tensiones crecientes con Rusia.
Los incidentes en el mar Báltico no son aislados. En los últimos años, los aviones rusos han incrementado sus vuelos cerca de los espacios aéreos de la OTAN, particularmente en regiones como el Báltico y el mar Negro. Estas maniobras suelen realizarse sin planes de vuelo ni comunicación, lo que eleva el riesgo de malentendidos.
La OTAN ha intensificado sus esfuerzos para proteger su espacio aéreo. Países como Estonia, Letonia y Lituania, que no cuentan con aviones de combate propios, dependen de las fuerzas aliadas para garantizar su seguridad. El Reino Unido, junto con Alemania y otros miembros, rota periódicamente sus cazas en la región.
Rusia, por su parte, no ha emitido comentarios oficiales sobre los incidentes. Sin embargo, en el pasado, el Ministerio de Defensa ruso ha afirmado que sus vuelos cumplen con las normas internacionales y se realizan en espacio aéreo neutral. Este silencio contrasta con la postura de la OTAN, que ve estas acciones como un desafío directo.
Las intercepciones destacan la importancia de la vigilancia constante en un entorno geopolítico volátil. La OTAN continúa adaptándose a las dinámicas de seguridad en Europa, mientras el Reino Unido reafirma su rol como pilar en la defensa colectiva de la alianza.

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