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Ganaderos de EU en la cuerda floja: Aranceles de Trump prometen ganancias, pero la incertidumbre acecha

Los ganaderos estadounidenses están atrapados entre la esperanza y el temor. Los aranceles impuestos por el presidente Donald Trump podrían encarecer la carne importada, lo que abriría la puerta a una mayor demanda de ganado local. Sin embargo, la incertidumbre que rodea estas medidas comerciales está generando más preguntas que respuestas en el sector.
Brett Kenzy, un ganadero de Dakota del Sur, ve en los aranceles una oportunidad única. Si la carne importada sube de precio, los consumidores estadounidenses podrían volcarse hacia la producción nacional. Esto incentivaría a los ganaderos a aumentar su número de reses, algo que no ocurre desde hace décadas. Pero Kenzy advierte que este proceso tomaría al menos dos años.
No todos comparten el optimismo. Bryant Kagay, un agricultor y ganadero de Missouri, desconfía de los vaivenes del mercado. La caída en los precios del ganado tras el anuncio de los aranceles lo tiene en alerta. Kagay teme que las políticas comerciales de Trump generen ganadores y perdedores artificiales, y no está seguro de qué lado le tocará estar.
Casey Maher, propietario de un rancho en Dakota del Sur, mantiene una postura más esperanzada. Cree que los aranceles podrían nivelar el campo de juego para los productores estadounidenses. Sin embargo, reconoce que el sector ha enfrentado tiempos difíciles antes y que la paciencia será clave para ver resultados.
La guerra comercial desatada por Trump no solo afecta a los ganaderos. Los aranceles han provocado represalias, como los impuestos del 125% de China a la carne estadounidense. Esto pone en riesgo un mercado que el año pasado representó 1,600 millones de dólares en exportaciones para los ganaderos de Estados Unidos.
El grupo comercial National Cattlemen ve una luz al final del túnel. Los aranceles podrían abrir nuevos acuerdos comerciales con países que hoy compran poca carne estadounidense. Sin embargo, la falta de claridad sobre cuánto durarán estas medidas dificulta cualquier planificación a largo plazo.
La incertidumbre también está afectando a los consumidores. Si los precios de la carne suben, muchas familias podrían reducir su consumo. Esto preocupa a los ganaderos, que saben que una economía inestable puede frenar la demanda, sin importar de dónde venga la carne.
Mientras los ganaderos esperan que las políticas de Trump traigan beneficios, el panorama sigue nublado. La posibilidad de revitalizar las zonas rurales de Estados Unidos está sobre la mesa, pero el costo de la incertidumbre podría ser demasiado alto para algunos.

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