Hugo Orlando Gatti, conocido como “El Loco”, falleció a los 80 años tras una dura batalla contra complicaciones de salud. El ícono del fútbol argentino dejó un legado imborrable como uno de los mejores arqueros de su generación, especialmente recordado por su paso glorioso en Boca Juniors.
Nacido el 19 de agosto de 1944 en Carlos Tejedor, Argentina, Gatti revolucionó la posición de arquero con su estilo arriesgado y su habilidad para jugar con los pies. Su carisma y personalidad lo convirtieron en una figura única, tanto dentro como fuera de la cancha.
Gatti comenzó su carrera en Atlanta en 1962, pero fue en Boca Juniors donde alcanzó la cima. Durante sus 12 años con el club xeneize, de 1969 a 1988, disputó 417 partidos y conquistó seis títulos, incluida la Copa Libertadores de 1977, donde fue héroe en la tanda de penales contra Cruzeiro.
Su paso por River Plate, entre 1964 y 1968, también dejó huella, aunque su rivalidad con los hinchas millonarios marcó anécdotas memorables. Gatti fue de los pocos que brilló en ambos gigantes del fútbol argentino, algo que lo convirtió en una figura controversial pero respetada.
El apodo de “El Loco” no solo reflejaba su estilo de juego audaz, sino también su carácter extrovertido. Desde tomar vino antes de los partidos para relajarse hasta desafiar a Diego Maradona con comentarios públicos, Gatti siempre dio de qué hablar.
Tras su retiro, Gatti se reinventó como comentarista en España, participando en programas como Punto Pelota y El Chiringuito de Jugones. Su estilo directo y sus opiniones fuertes lo hicieron popular entre las audiencias españolas, ampliando su legado más allá de Argentina.
La salud de Gatti se deterioró tras un accidente en la calle en febrero de 2025, cuando sufrió una caída mientras paseaba a su perro. La operación de cadera que siguió se complicó con una neumonía, y tras dos meses en terapia intensiva, falleció el 20 de abril en un hospital porteño.
El fútbol argentino llora la pérdida de una leyenda. Clubes como Boca Juniors y River Plate, junto a figuras del deporte, han expresado su dolor y admiración por Gatti. Su influencia en el arco y su personalidad seguirán siendo recordadas por generaciones.
Gatti no solo fue un arquero excepcional, sino un símbolo de pasión y autenticidad. Su historia, llena de triunfos y polémicas, es un capítulo inolvidable en la rica tradición del fútbol sudamericano.