El arzobispo de San Salvador, José Luis Escobar Alas, expresó su profunda preocupación por los planes del presidente Nayib Bukele de recibir presos internacionales en la megacárcel de El Salvador. Durante una conferencia de prensa, el líder religioso hizo un llamado al mandatario para que reconsidere esta estrategia, advirtiendo sobre las posibles consecuencias de transformar al país en un centro penitenciario global.
La declaración del arzobispo surge tras reportes que indican que Bukele planea duplicar la capacidad del Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot), una prisión de máxima seguridad que ya alberga a más de 15 mil reclusos, incluyendo a cientos de migrantes deportados desde Estados Unidos. Esta megacárcel, inaugurada en 2023, ha sido promocionada por el gobierno como la más grande de América Latina.
Escobar Alas señaló que la llegada de presos extranjeros, especialmente de países como Estados Unidos, podría generar tensiones sociales y afectar la imagen de El Salvador a nivel internacional. El arzobispo subrayó que el país no debería convertirse en un depósito de delincuentes de otras naciones, ya que esto podría desviar recursos y atención de las necesidades de la población local.
El gobierno de Bukele ha defendido la megacárcel como un símbolo de su lucha contra las pandillas y el crimen organizado. Desde su apertura, el Cecot ha recibido a miles de presuntos pandilleros, así como a migrantes acusados de pertenecer a grupos como el Tren de Aragua. Sin embargo, las condiciones en la prisión han sido objeto de críticas por parte de organizaciones de derechos humanos, que denuncian hacinamiento y falta de garantías legales para los reclusos.
El arzobispo también destacó los riesgos éticos y humanitarios de aceptar convictos internacionales a cambio de una tarifa, como ha propuesto Bukele en acuerdos con el gobierno de Estados Unidos. Según reportes, el presidente salvadoreño ofreció al expresidente Donald Trump alojar a criminales estadounidenses en el Cecot por una suma de dinero, lo que ha generado controversia tanto en El Salvador como en el extranjero.
Otro punto de preocupación para la Iglesia es el impacto en las comunidades locales. Escobar Alas mencionó que la expansión de la megacárcel podría exacerbar la estigmatización de ciertas zonas del país, además de generar temores entre los habitantes cercanos al recinto penitenciario. La Iglesia ha instado al gobierno a priorizar el bienestar de los salvadoreños por encima de acuerdos internacionales.
A pesar de las críticas, el gobierno de Bukele mantiene que la megacárcel es una herramienta clave para reducir la violencia en El Salvador, que históricamente ha sido uno de los países más peligrosos del mundo. Las autoridades aseguran que la prisión ha contribuido a una disminución significativa de los homicidios, aunque no han proporcionado datos precisos sobre el número de reclusos o las condiciones actuales en el Cecot.
El pronunciamiento del arzobispo refleja un creciente debate en El Salvador sobre el rumbo de las políticas de seguridad de Bukele. Mientras algunos sectores aplauden la mano dura del presidente, otros, incluyendo la Iglesia católica, advierten sobre los costos sociales y morales de estas medidas. Por ahora, el gobierno no ha respondido directamente a las declaraciones de Escobar Alas.
La controversia en torno a la megacárcel también ha puesto los reflectores sobre la relación entre Bukele y líderes internacionales, especialmente con Estados Unidos. Los acuerdos migratorios y penitenciarios firmados con la administración Trump han sido calificados por algunos como una estrategia para fortalecer la posición de El Salvador en la región, pero a un costo que aún está por definirse.

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Arzobispo de San Salvador al presidente Bukele: No convierta a El Salvador en una cárcel global para presos internacionales
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