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Operativos en Sinaloa para garantizar seguridad: ¿Realmente funcionan las promesas de Rocha Moya?

El gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, anunció operativos de seguridad durante la Semana Santa para proteger a vacacionistas y habitantes. Desde el centro ceremonial de Tehueco, en El Fuerte, destacó la presencia de elementos en playas, balnearios y ciudades. Pero, ¿es suficiente este despliegue para garantizar la tranquilidad en un estado marcado por la violencia?
Rocha Moya visitó diversos puntos turísticos, como la playa de Las Glorias en Guasave y Surutato en la sierra. Aseguró que los centros vacacionales están “bien atendidos” y que hay una gran afluencia de visitantes. Sin embargo, la sombra de la inseguridad persiste, con operativos que parecen más una respuesta mediática que una solución de fondo.
En Tehueco, el gobernador fue recibido por el presidente municipal de El Fuerte, Gildardo Leyva Ortega. Ahí presenció los rituales de la Semana Santa Yoreme, una tradición que combina elementos católicos y cultura indígena. Estas celebraciones atraen a cientos de personas, pero la seguridad sigue siendo una preocupación latente para los asistentes.
A pesar del periodo vacacional, Rocha no detuvo su agenda. Realizó giras de trabajo en Mocorito y Badiraguato, donde entregó obras. También supervisó avances en la carretera hacia El Palmar de los Sepúlveda. Estas acciones buscan mostrar un gobierno activo, pero no abordan directamente el problema de la violencia que afecta a Sinaloa.
El gobernador recorrió playas y balnearios para verificar los operativos y convivir con la población. Habló con restauranteros, vendedores y prestadores de servicios, destacando la afluencia de turistas. Sin embargo, estas visitas parecen más un ejercicio de imagen que una estrategia efectiva contra la inseguridad que mantiene en alerta a los sinaloenses.
Rocha Moya expresó su apoyo a las comunidades indígenas, como la de Tehueco, donde prometió seguir impulsando obras de infraestructura. Calles, drenajes, agua potable y escuelas son algunas de las mejoras que ha llevado a estas zonas. No obstante, el respaldo a estas comunidades no resuelve el clima de inseguridad que afecta a todo el estado.
La violencia en Sinaloa no es un tema nuevo. A pesar de los operativos, los enfrentamientos entre grupos criminales siguen siendo una realidad. La población vive con el temor de que las medidas anunciadas por el gobierno se queden en promesas vacías, mientras los índices delictivos no muestran una disminución clara.
La gestión de Rocha Moya ha sido cuestionada por su manejo de la seguridad. Aunque los operativos de Semana Santa buscan proyectar control, la percepción de inseguridad persiste entre los ciudadanos. Los vacacionistas y habitantes merecen más que anuncios: necesitan resultados concretos que devuelvan la paz a Sinaloa.
En este contexto, las celebraciones de Semana Santa se llevaron a cabo bajo un ambiente de vigilancia. Las tradiciones, como las de los mayos yoremes, son un pilar cultural de Sinaloa, pero su brillo se opaca por la incertidumbre que genera la falta de seguridad efectiva en la región.
Mientras Rocha Moya recorre el estado y promete soluciones, la ciudadanía espera acciones que vayan más allá de los operativos temporales. La tranquilidad no se logra con visitas ni discursos, sino con estrategias sólidas que enfrenten de raíz los problemas de violencia en Sinaloa.

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