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Iztapalapa espera el reconocimiento mundial para su histórica Pasión de Cristo

La representación de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo en Iztapalapa, un evento que reúne a millones cada Semana Santa, sigue en la espera de ser declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO. Esta tradición, que en 2025 alcanzó su edición 182, es un pilar de identidad para los ocho barrios originarios de la alcaldía.
Desde 1843, los habitantes de Iztapalapa han mantenido viva esta escenificación, nacida como agradecimiento tras el fin de una epidemia de cólera. Lo que comenzó como una procesión sencilla ha evolucionado en un espectáculo monumental que atrae a visitantes nacionales e internacionales.
El evento, organizado por el Comité Organizador de Semana Santa en Ixtapalapa (COSSIAC), involucra a más de 8 mil personas, entre actores y nazarenos, quienes recrean pasajes bíblicos con un nivel de detalle que ha ganado reconocimiento mundial. La crucifixión en el Cerro de la Estrella es uno de los momentos más impactantes.
Clara Brugada, jefa de Gobierno de la Ciudad de México, ha prometido impulsar la candidatura ante la UNESCO, destacando la relevancia cultural de la representación. Sin embargo, el proceso avanza lentamente, y la comunidad sigue a la espera de una respuesta definitiva.
La alcaldesa de Iztapalapa, Aleida Alavez, y el presidente del COSSIAC, Alfonso Reyes, han subrayado el esfuerzo colectivo detrás del evento. Los habitantes financian vestuarios, logística y escenarios, lo que refleja el compromiso de los barrios con su herencia cultural.
En 2023, la representación fue inscrita en el Inventario del Patrimonio Cultural Inmaterial de México, un paso clave hacia el reconocimiento internacional. Este logro fue celebrado como un hito, pero el objetivo final sigue siendo la declaratoria de la UNESCO.
El evento no solo es una expresión de fe, sino también un símbolo de cohesión social. Los ocho barrios trabajan durante meses en los preparativos, fortaleciendo lazos comunitarios y promoviendo valores como la solidaridad y el sacrificio.
Para 2025, las autoridades desplegaron un operativo de seguridad con más de 2 mil 600 elementos, garantizando la protección de los asistentes. La magnitud del evento requiere una coordinación impecable, desde la logística hasta la atención médica para los participantes.
La representación de Iztapalapa ha trascendido fronteras, siendo transmitida por televisión y cubierta por medios internacionales. Su impacto cultural y espiritual la convierte en una candidata sólida para el reconocimiento de la UNESCO.
Mientras la espera continúa, los habitantes de Iztapalapa reafirman su compromiso con esta tradición, que no solo preserva su historia, sino que también proyecta su identidad al mundo. La Pasión de Cristo sigue siendo un testimonio vivo de fe y comunidad.

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