En un gesto conmovedor, el Papa Francisco acudió a la Basílica de San Pedro para rezar antes de la Vigilia del Sábado Santo, a pesar de su delicado estado de salud. El pontífice, quien se recupera de una infección respiratoria que lo mantuvo internado durante 38 días, decidió visitar el templo en un momento de profunda reflexión para la comunidad católica.
Francisco, visiblemente afectado pero determinado, llegó a la basílica alrededor de las 18:00 horas locales. Sin las cánulas nasales de oxígeno que había usado previamente, atravesó el recinto sagrado para detenerse ante la tumba del apóstol Pedro. Este acto, cargado de simbolismo, se realizó en vísperas de una de las ceremonias más significativas del calendario litúrgico, que celebra la espera de la resurrección de Cristo.
Durante su visita, el Papa hizo una pausa para saludar a un grupo de peregrinos estadounidenses que se encontraban en la basílica. Este encuentro espontáneo emocionó a los presentes, quienes vieron en su gesto una muestra de cercanía y humildad, características que han definido su pontificado. A pesar de su convalecencia, Francisco mostró su compromiso con los fieles.
La salud del Papa ha sido motivo de preocupación en las últimas semanas. Tras su larga hospitalización en el hospital Gemelli, su participación en los ritos de Semana Santa ha sido limitada. Este año, Francisco estuvo ausente en la mayoría de las ceremonias vaticanas, incluyendo los eventos centrales de la Semana Santa, lo que refleja la gravedad de su condición.
El Jueves Santo, el Papa realizó una breve visita a la cárcel romana de Regina Coeli, donde saludó a los reclusos, manteniendo una tradición que ha marcado su pontificado. Este fue uno de los pocos eventos públicos en los que participó durante la semana, destacando su interés por los más vulnerables incluso en momentos de fragilidad personal.
Para el Domingo de Resurrección, se espera que el Papa imparta la bendición Urbi et Orbi desde el balcón de la Plaza de San Pedro, aunque su asistencia dependerá de su estado de salud. La misa de Resurrección será oficiada por el cardenal Angelo Comastri, y es probable que un colaborador lea el mensaje pascual en su nombre.
Francisco, con un hilo de voz, expresó recientemente cómo está viviendo esta Semana Santa: “La vivo como puedo”. Sus palabras, dichas al salir de la prisión, reflejan la lucha personal que enfrenta mientras continúa liderando a la Iglesia católica en un momento crucial.
La Vigilia del Sábado Santo, que el Papa preparó con su visita a la basílica, es una ceremonia profundamente simbólica. En ella, los católicos celebran la luz de la resurrección tras la oscuridad de la crucifixión, un mensaje que resuena con la perseverancia del pontífice en medio de sus desafíos de salud.
Esta aparición en San Pedro no es la primera sorpresa de Francisco durante su convalecencia. Hace unos días, visitó la basílica para rezar ante la tumba de Pío X y observar trabajos de restauración, demostrando su conexión espiritual con el templo y su deseo de mantenerse cerca de los fieles.
A pesar de las limitaciones impuestas por su salud, el Papa Francisco continúa dejando una huella de esperanza y fortaleza. Su presencia en la Basílica de San Pedro, aunque breve, reafirma su compromiso con la fe y su capacidad de inspirar a millones en todo el mundo.

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El Papa Francisco sorprende con visita a San Pedro antes de la Vigilia del Sábado Santo
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