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Desaparece periodista en Veracruz: las autoridades no responden y la violencia no cede

En un nuevo episodio que sacude al gremio periodístico en México, Miguel Ángel Amaya Castillo, reportero del medio Pánuco Online, fue reportado como desaparecido en Veracruz. La organización Artículo 19 dio la voz de alarma, exigiendo a las autoridades actuar de inmediato para localizar al comunicador. Este caso se suma a una larga lista de agresiones contra la prensa en un estado donde la inseguridad parece no tener freno.
El periodista fue visto por última vez en Pánuco, una zona marcada por la presencia de grupos criminales que operan con aparente impunidad. Según reportes, todo el contenido de sus redes sociales fue borrado de manera sospechosa, lo que ha encendido las alertas sobre un posible acto deliberado para silenciarlo. La falta de claridad en torno a su desaparición agrava la preocupación de sus colegas y familiares.
La Comisión Estatal para la Atención y Protección de los Periodistas activó un protocolo de búsqueda, pero hasta ahora no hay resultados concretos. Este organismo, junto con la Secretaría de Seguridad Pública y la Fiscalía General del Estado, asegura estar coordinando esfuerzos. Sin embargo, la lentitud en las acciones y la ausencia de avances reales generan desconfianza en un contexto donde los ataques a periodistas son una constante.
Veracruz sigue siendo uno de los lugares más peligrosos para ejercer el periodismo en México. Organizaciones como Artículo 19 han documentado decenas de casos de agresiones, secuestros y asesinatos de comunicadores en la entidad. La impunidad en estos crímenes es alarmante, con pocos responsables llevados ante la justicia, lo que perpetúa un ciclo de violencia que parece no tener fin.
El caso de Miguel Ángel Amaya no es aislado. En los últimos años, otros periodistas veracruzanos han sufrido desapariciones o han sido asesinados en circunstancias similares. La falta de protección efectiva por parte de las autoridades estatales y federales ha sido señalada como una de las principales razones por las que estos ataques persisten.
La situación en Veracruz refleja un problema más amplio: la incapacidad del gobierno para garantizar la seguridad de quienes informan. Mientras los grupos criminales operan sin temor, los periodistas enfrentan amenazas diarias por hacer su trabajo. La desaparición de Amaya es un recordatorio de que la libertad de prensa está bajo asedio en México.
Las organizaciones de derechos humanos han instado a las autoridades a priorizar la búsqueda del periodista y a esclarecer los hechos. También han pedido medidas concretas para proteger a los comunicadores en el país. Sin embargo, las promesas de acción suelen quedarse en palabras, dejando a los periodistas en una vulnerabilidad constante.
La desaparición de Miguel Ángel Amaya Castillo no solo es una tragedia personal, sino un reflejo del colapso de la seguridad en Veracruz. Mientras las autoridades no actúen con decisión, el miedo seguirá reinando entre quienes buscan informar la verdad. La sociedad mexicana espera respuestas, pero la incertidumbre persiste.

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