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Desaparece otro periodista en Veracruz: ¿hasta cuándo la impunidad?

En un nuevo golpe a la libertad de prensa, el periodista Miguel Ángel Amaya Castillo, del medio Pánuco Online, fue reportado como desaparecido en Veracruz. La noticia ha encendido las alarmas en un estado donde la violencia contra comunicadores no da tregua. Organizaciones como Article 19 han exigido su localización inmediata.
La Comisión Estatal para la Atención y Protección de los Periodistas activó el protocolo de búsqueda tras la desaparición. Según reportes, Amaya Castillo fue visto por última vez en el municipio de Pánuco. Sus redes sociales, donde publicaba información local, fueron borradas de manera sospechosa, lo que aumenta la preocupación.
Veracruz sigue siendo uno de los lugares más peligrosos para ejercer el periodismo en México. En lo que va del año, varios comunicadores han sido víctimas de agresiones, desapariciones y asesinatos. La falta de resultados concretos por parte de las autoridades estatales y federales agrava la crisis.
Organizaciones defensoras de derechos humanos han señalado que el gobierno de Morena en Veracruz no ha implementado medidas efectivas para proteger a los periodistas. Las promesas de seguridad se quedan en el discurso, mientras los casos de violencia se acumulan sin justicia.
La desaparición de Amaya Castillo se suma a una lista alarmante de ataques contra la prensa. En 2022, el periodista Francisco Hernández Elvira también desapareció en el estado, aunque fue localizado con vida. Otros, como Pedro Pablo Kumul, no corrieron con la misma suerte y fueron asesinados.
La Fiscalía General del Estado de Veracruz ha sido criticada por su lentitud en las investigaciones. Los protocolos de búsqueda, aunque activados, rara vez derivan en resultados rápidos. La desconfianza hacia las instituciones crece entre los familiares y colegas de las víctimas.
El caso de Miguel Ángel Amaya ha generado indignación en redes sociales. Periodistas y ciudadanos exigen que las autoridades actúen con rapidez y transparencia. La eliminación de sus publicaciones en línea sugiere un intento de silenciar su trabajo, lo que pone en evidencia la gravedad del problema.
La violencia en Veracruz no solo afecta a los periodistas, sino a toda la sociedad. La impunidad en estos casos envía un mensaje claro: quienes buscan informar y denunciar están en la mira. La pregunta sigue sin respuesta: ¿hasta cuándo se permitirá que esto continúe?

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