Elementos de la Secretaría de Marina capturaron a Iván Fernando Zepeda, conocido como “El 4-40”, en Bahía de Kino, municipio de Hermosillo, Sonora. Este sujeto es señalado como un operador importante del Cártel Jalisco Nueva Generación, una de las organizaciones criminales más peligrosas del país.
La detención se llevó a cabo tras un operativo coordinado con la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana. Las autoridades confirmaron que Zepeda tenía una orden de aprehensión vigente por el delito de delincuencia organizada, relacionado con el tráfico de narcóticos.
Según la información oficial, “El 4-40” operaba en zonas estratégicas de Sonora, como Nogales e Ímuris, bajo las órdenes de un líder criminal que actualmente está en prisión. Su captura representa un duro golpe a las operaciones del CJNG en el norte del país.
Las investigaciones revelan que Zepeda utilizaba un establecimiento de chatarrización de autos, conocido como “yonke”, como fachada para sus actividades ilícitas. Este lugar servía para modificar vehículos usados en el traslado de drogas y como almacén de estupefacientes.
El detenido residía en Ímuris, Sonora, junto a su pareja y cuatro menores de edad. A pesar de su vida aparentemente común, las autoridades lo identificaron como una pieza clave en la estructura delictiva del CJNG en la región.
Durante el operativo, la Marina aseguró que se respetaron los derechos de Zepeda, quien fue puesto a disposición de las autoridades competentes para determinar su situación jurídica. La Fiscalía General de la República ya trabaja en el caso.
La captura de “El 4-40” ocurre en un contexto de creciente violencia en Sonora, donde el CJNG y otros grupos criminales buscan controlar rutas clave para el narcotráfico. Este tipo de operativos resalta la lucha del gobierno contra la delincuencia, pero también pone en evidencia los retos pendientes.
La presencia de cárteles como el CJNG en estados del norte refleja la complejidad del problema de inseguridad en México. Mientras las autoridades celebran esta detención, la ciudadanía sigue exigiendo resultados más contundentes para frenar la violencia que azota al país.
Este caso pone sobre la mesa la necesidad de estrategias integrales que no solo se enfoquen en capturas, sino también en desmantelar las redes financieras y logísticas de estos grupos. La batalla contra el crimen organizado está lejos de terminar.