México enfrenta una nueva ola de calor que promete azotar a la mayoría de los estados con temperaturas extremas. Según el Servicio Meteorológico Nacional, al menos cinco entidades alcanzarán los 45 grados centígrados, poniendo en riesgo a la población y generando preocupación por las condiciones climáticas cada vez más severas.
Los estados más afectados serán Guerrero, Michoacán, Oaxaca, Chiapas y Tabasco, donde el termómetro podría llegar a niveles insoportables. Estas regiones, ya acostumbradas a climas cálidos, enfrentarán un desafío aún mayor debido a la intensidad de esta ola de calor, que se espera persista durante varios días.
En otras zonas del país, como Sonora, Sinaloa, Veracruz, Campeche y Yucatán, las temperaturas oscilarán entre los 35 y 40 grados. Aunque menos extremas, estas condiciones seguirán representando un riesgo, especialmente para niños, adultos mayores y personas con enfermedades crónicas.
El calor intenso no solo afecta la salud, sino también los recursos naturales. La falta de lluvias en muchas regiones ha reducido los niveles de presas y ríos, lo que agrava la escasez de agua en comunidades y afecta la agricultura. Los cultivos están en riesgo, y los productores advierten sobre posibles pérdidas económicas.
Las autoridades han emitido recomendaciones para enfrentar esta crisis climática. Se sugiere evitar la exposición al sol entre las 10 de la mañana y las 4 de la tarde, mantenerse hidratado y buscar lugares frescos. También se recomienda usar ropa ligera y protegerse con sombreros o gorras.
A pesar de las advertencias, la infraestructura en muchas ciudades no está preparada para soportar estas temperaturas. En zonas urbanas, el asfalto y el concreto intensifican la sensación térmica, mientras que los sistemas de ventilación y aire acondicionado son insuficientes en muchos hogares y espacios públicos.
Este fenómeno se suma a las preocupaciones por el cambio climático, que cada año parece agravar las condiciones extremas en México. Expertos de la UNAM han advertido que el 2024 fue el año más caluroso registrado, y el 2025 podría seguir esta tendencia si no se toman medidas urgentes.
Las olas de calor también tienen un impacto en la salud pública. Los casos de golpes de calor y deshidratación han aumentado, y los hospitales en las zonas más afectadas reportan una mayor afluencia de pacientes. Las autoridades sanitarias piden estar atentos a síntomas como mareos, náuseas o piel enrojecida.
Mientras tanto, en regiones como Chihuahua y Durango, donde recientemente se registraron temperaturas bajo cero, el contraste climático es sorprendente. Este escenario refleja la creciente inestabilidad del clima en el país, que enfrenta tanto fríos extremos como calores abrasadores en un mismo año.
La población mexicana, una vez más, debe adaptarse a estas condiciones extremas. Sin embargo, la pregunta persiste: ¿está el país preparado para enfrentar los retos del cambio climático, o seguiremos viendo cómo las temperaturas rompen récords año tras año?