Imagen generada por IA con fines informativos o representativos. Digital Plural se deslinda de cualquier uso o interpretación.

¿Adiós a los lujos? Senadores de Morena declaran millonarias propiedades mientras otros niegan tener nada

La opacidad y los lujos de los senadores de Morena vuelven a estar en el centro de la polémica. Un reportaje reciente destapó que varios legisladores del partido oficialista declararon poseer residencias, terrenos, joyas y hasta colecciones de arte valuadas en millones de pesos. Mientras el discurso de la austeridad republicana sigue siendo bandera de Morena, estas revelaciones pintan un panorama muy diferente al que predican.
Entre los nombres señalados está Adán Augusto López, exsecretario de Gobernación, quien asegura que su fortuna no supera los 10 millones de pesos. Sin embargo, otros senadores morenistas reportaron propiedades de alto valor, incluyendo casas en zonas exclusivas, terrenos extensos y joyas que contrastan con la narrativa de “justa medianía” que promueve el partido. Las declaraciones patrimoniales, obligatorias para los servidores públicos, muestran un abismo entre lo que algunos dicen tener y su estilo de vida.
Por otro lado, hay legisladores de Morena que sorprenden por su aparente modestia. Algunos, de reciente afiliación al partido, declararon no poseer propiedades ni bienes de valor, limitándose a reportar una cuenta bancaria o un auto modesto. Esta disparidad levanta sospechas sobre la veracidad de las declaraciones y la transparencia de quienes ocupan cargos clave en el Senado.
El caso de los senadores morenistas no es aislado. En la Cámara de Diputados, figuras como Ricardo Monreal y Cuauhtémoc Blanco también han sido cuestionados por su patrimonio. Monreal, por ejemplo, asegura no tener propiedades inmuebles, pese a una larga carrera política que incluye haber sido gobernador de Zacatecas. Blanco, por su parte, solo reporta una cuenta bancaria, lo que genera dudas sobre la consistencia de su declaración.
La presidenta Claudia Sheinbaum, desde su púlpito mañanero, ha intentado poner orden. En días recientes, exhortó a los morenistas a dejar atrás los lujos, las camionetas de lujo y los restaurantes caros. “No es el consumismo, no es andar viajando”, dijo, recordando los principios de austeridad de Benito Juárez. Sin embargo, sus palabras parecen chocar con la realidad de muchos de sus correligionarios.
Este escándalo no solo pone en entredicho la congruencia de Morena, sino que también aviva el debate sobre la transparencia en el servicio público. La Ley de Responsabilidades Administrativas obliga a los legisladores a presentar declaraciones patrimoniales, pero la falta de auditorías efectivas permite que algunos reporten información dudosa sin consecuencias. Mientras tanto, el contraste entre las declaraciones de austeridad y las propiedades millonarias sigue siendo un tema candente.
Las críticas no se han hecho esperar. En redes sociales, usuarios han expresado su indignación, señalando que mientras el “pueblo bueno” enfrenta carencias, algunos senadores viven rodeados de lujos. La narrativa de la Cuarta Transformación, que prometía acabar con los excesos de la clase política, parece desmoronarse ante estas revelaciones.
El reportaje también destaca que no todos los morenistas caen en el mismo saco. Algunos legisladores, especialmente los de reciente ingreso, parecen alinearse más con el discurso de austeridad. Sin embargo, la sombra de la opacidad y las dudas sobre las fortunas de los líderes del partido persisten, alimentando la desconfianza de la ciudadanía.
Este nuevo capítulo en la saga de los lujos morenistas pone presión sobre Sheinbaum y su gobierno. La pregunta es si habrá acciones concretas para investigar las declaraciones patrimoniales o si, como en otros casos, todo quedará en promesas y discursos. Por ahora, la incongruencia entre lo que se dice y lo que se hace sigue siendo el talón de Aquiles de Morena.

Compartir:

Noticias Relacionadas