Diputados y senadores de Morena están en el ojo del huracán tras revelarse detalles de sus declaraciones patrimoniales. Algunos legisladores han declarado poseer residencias de lujo, terrenos extensos, joyas costosas y hasta obras de arte valuadas en millones de pesos. Estas revelaciones han generado controversia, especialmente porque el partido se ha promovido como defensor de la austeridad republicana.
Entre los bienes declarados destacan casas con valores que superan los 10 millones de pesos. Algunos morenistas también reportaron terrenos en zonas exclusivas y colecciones de joyas que alcanzan cifras exorbitantes. Estas posesiones contrastan con el discurso de simplicidad que el partido ha impulsado desde su llegada al poder.
Sin embargo, no todos los legisladores de Morena han sido transparentes. Un grupo significativo de ellos afirmó no poseer propiedades ni bienes de valor. Esta negación ha levantado sospechas, ya que muchos de estos políticos han ocupado cargos públicos durante años, lo que hace difícil creer que no tengan patrimonio alguno.
La presidenta Claudia Sheinbaum ha criticado públicamente el gusto por los lujos dentro de su partido. En una de sus conferencias matutinas, hizo un llamado a los morenistas para que adopten la “justa medianía” y eviten el consumismo. Sus palabras buscan reforzar la imagen de austeridad que Morena ha intentado proyectar, pero las declaraciones patrimoniales cuentan una historia diferente.
Algunos legisladores justifican sus bienes argumentando que fueron adquiridos antes de entrar a la política. Otros aseguran que sus propiedades son herencias o compras legítimas con ingresos declarados. Sin embargo, estas explicaciones no han convencido a todos, y las redes sociales ya están inundadas de críticas hacia los morenistas que parecen vivir en la opulencia.
La opacidad también es un problema. Según reportes, varios diputados y senadores de Morena no presentaron su declaración patrimonial completa. Esta falta de transparencia alimenta las sospechas de enriquecimiento ilícito y pone en duda el compromiso del partido con la rendición de cuentas.
El contraste entre los lujos declarados y las negaciones de otros legisladores ha generado un debate público. Mientras algunos ciudadanos exigen mayor claridad sobre el origen de estos bienes, otros cuestionan si Morena realmente representa los valores de austeridad que pregona. La polémica está lejos de terminar y promete seguir dando de qué hablar.
Las declaraciones patrimoniales de los morenistas han puesto en evidencia una contradicción interna en el partido. Mientras el gobierno federal insiste en promover la austeridad, los bienes de algunos de sus legisladores sugieren un estilo de vida que poco tiene que ver con la modestia. Este escándalo podría tener consecuencias políticas para Morena en el futuro.