La procesión, que recorrió los ocho barrios emblemáticos de la alcaldía, comenzó el Domingo de Ramos y culminó el Viernes Santo con la escenificación de la crucifixión en el Cerro de la Estrella. Este año, la participación superó las expectativas, con un millón 400 mil asistentes tan solo el Viernes Santo, según cifras oficiales.
José Julio Olivares, de 27 años, interpretó a Jesús de Nazaret, cargando una cruz de 70 kilos a lo largo de tres kilómetros. Su actuación, junto a la de otros 500 actores y miles de voluntarios, dio vida a esta tradición que data de 1843, cuando una epidemia de cólera marcó su origen como un acto de devoción.
La alcaldía desplegó un operativo de seguridad con más de 3 mil 350 elementos, 180 vehículos y personal de apoyo para garantizar la integridad de los asistentes. Las autoridades reportaron 620 atenciones médicas, principalmente por lesiones menores y deshidratación, y 20 mil 769 hidrataciones proporcionadas durante el evento.
El Viacrucis de Iztapalapa, reconocido como Patrimonio Cultural Inmaterial de México desde 2023, no solo es un acto religioso, sino también una expresión de identidad comunitaria. Familias enteras, provenientes de los barrios originarios y de otras partes del país, se reunieron para mantener viva esta tradición.
A pesar de los retos logísticos, como el intenso calor y la alta concentración de personas, el evento transcurrió sin contratiempos significativos. La alcaldesa resaltó la colaboración de los ocho barrios, cuyos habitantes participaron activamente en la organización y las representaciones teatrales.
La jornada incluyó momentos emotivos, como el encuentro de Jesús con Verónica, quien limpia su rostro, y la crucifixión, que congregó a miles en el Cerro de la Estrella. La interpretación de Fernando de la Mora del Ave María añadió un toque solemne a la ceremonia.
Las autoridades estiman que la cifra final de asistentes, incluyendo el Sábado de Gloria, podría superar los dos millones 400 mil registrados en 2024. Este dato refleja el creciente impacto cultural y espiritual del Viacrucis, que sigue atrayendo a fieles y turistas por igual.
La representación concluyó con la bajada de Jesús de la cruz y su traslado al sepulcro, un momento que marcó el cierre de las actividades principales del Viernes Santo. Los organizadores ya preparan el Sábado de Gloria, que narrará la resurrección, para completar la Semana Santa.
Iztapalapa se consolida así como un epicentro de fe y tradición, donde la comunidad se une para preservar un legado que trasciende generaciones. La 182 edición del Viacrucis reafirma su lugar como una de las mayores expresiones de la Pasión de Cristo en el mundo.

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Más de dos millones de personas se congregaron en Iztapalapa para la 182 representación del Viacrucis, un evento que combina fe, tradición y cultura en el corazón de la Ciudad de México. La alcaldesa Aleida Alavez reportó saldo blanco, destacando la ausencia de incidentes graves durante la conmemoración de la Pasión de Cristo, a pesar de la masiva afluencia.
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