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¡Sheinbaum y Trump en llamada secreta! ¿Qué ocultan en esta “productiva” charla?

La presidenta Claudia Sheinbaum sostuvo una conversación telefónica con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que ambos calificaron como “muy productiva”. Este diálogo, anunciado el 16 de abril de 2025, ha levantado sospechas sobre los verdaderos acuerdos alcanzados entre ambos líderes. La falta de detalles concretos sobre lo discutido alimenta la incertidumbre en un contexto donde la relación México-Estados Unidos está marcada por tensiones comerciales y migratorias.
Sheinbaum, desde Palacio Nacional, confirmó la llamada y aseguró que fue un intercambio respetuoso, pero evitó profundizar en los temas tratados. Según la mandataria, los diálogos continuarán para alcanzar “buenos acuerdos” que beneficien a ambos países. Sin embargo, esta vaguedad contrasta con la urgencia de temas como los aranceles impuestos por Trump y la presión estadounidense para frenar la migración y el tráfico de drogas.
Por su parte, Trump, a través de su red social Truth Social, celebró la charla como un paso hacia adelante en la cooperación bilateral. El magnate destacó que México está comprometido con medidas para controlar la frontera sur de Estados Unidos, un punto que ha sido central en su agenda. No obstante, sus declaraciones suelen exagerar los avances, lo que genera dudas sobre si México realmente cedió a sus demandas.
La relación entre ambos líderes ha sido un vaivén de elogios y tensiones desde que Trump asumió su segundo mandato. Sheinbaum, quien se ha presentado como defensora de la soberanía mexicana, enfrenta el reto de negociar con un presidente impredecible que no duda en usar los aranceles como arma política. Este nuevo contacto telefónico se suma a una serie de conversaciones que, según fuentes, han incluido temas como el fentanilo y la seguridad fronteriza.
El gobierno de Morena, bajo el mando de Sheinbaum, ha presumido avances en la lucha contra el narcotráfico, como decomisos récord de fentanilo. Sin embargo, la percepción de inseguridad en México no mejora, y las promesas de colaboración con Estados Unidos no parecen traducirse en resultados tangibles para los mexicanos. La opacidad en torno a esta llamada refuerza las críticas sobre la falta de transparencia del gobierno federal.
En el ámbito comercial, los aranceles impuestos por Trump a productos mexicanos, como el tomate, han generado preocupación en sectores clave. La excepción parcial de México a ciertas tarifas, gracias al T-MEC, es vista como un logro de Sheinbaum, pero los costos para los consumidores estadounidenses y las cadenas de suministro siguen siendo un riesgo. La presidenta ha insistido en que la economía mexicana es sólida, pero el peso se deprecia ligeramente, lo que pone en duda su optimismo.
La estrategia de Sheinbaum parece centrarse en la diplomacia para evitar una guerra comercial abierta, enviando a su secretario de Economía, Marcelo Ebrard, a Washington para negociar directamente con el equipo de Trump. Esta táctica contrasta con otros líderes mundiales que han respondido con medidas más agresivas, como aranceles de represalia. La pregunta es si esta postura moderada realmente protege los intereses de México o solo posterga conflictos mayores.
Mientras tanto, la opinión pública mexicana permanece dividida. Las encuestas muestran una alta aprobación para Sheinbaum, pero también un creciente escepticismo sobre su capacidad para manejar la presión de Trump sin comprometer la soberanía nacional. Las promesas de “respeto mutuo” suenan bien, pero los ciudadanos exigen claridad sobre lo que México está cediendo en estas negociaciones a puerta cerrada.
Este episodio pone de manifiesto el delicado equilibrio que Sheinbaum debe mantener: proyectar fortaleza ante un vecino poderoso mientras enfrenta críticas internas por la inseguridad y los retos económicos. La llamada con Trump, aunque presentada como un éxito, deja más preguntas que respuestas. ¿Qué compromisos asumió México? ¿Y por qué tanto secretismo en torno a un diálogo que, según ambos, fue tan “productivo”?

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