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¡Escándalo en la arcilla! Diego Dedura-Palomero desata polémica con su festejo en el ATP de Múnich

Diego Dedura-Palomero, el joven tenista alemán de origen chileno, se convirtió en el centro de atención tras su debut en el ATP 500 de Múnich. A sus 17 años, logró una hazaña histórica al vencer al canadiense Denis Shapovalov, número 29 del mundo, en la primera ronda. El partido terminó con un marcador de 7-6(2), 3-0, luego de que Shapovalov se retirara por molestias físicas.
El triunfo, sin embargo, no fue lo único que dio de qué hablar. Dedura-Palomero, quien ingresó al torneo como lucky loser tras caer en la fase previa, protagonizó un festejo que dividió opiniones. Tras asegurar la victoria, el joven corrió hacia los cuatro lados de la cancha, gritando y gesticulando con intensidad, para luego marcar una cruz en la arcilla con su pie y desplomarse en el centro con los brazos abiertos.
El tenista explicó que su celebración fue un acto de gratitud. Dijo que es una persona religiosa y que rezó cinco minutos antes del partido, sintiendo que su fe lo ayudó a ganar. Según Dedura-Palomero, el gesto de la cruz y su desplome en la cancha fueron una forma de agradecer por el momento.
No todos vieron su festejo con buenos ojos. Algunos espectadores y comentaristas en redes sociales lo consideraron exagerado para un partido de primera ronda, mientras que otros lo defendieron, argumentando que refleja la pasión de un joven que vive su sueño. La controversia creció en plataformas digitales, donde los usuarios debatieron si el gesto fue un acto genuino o una búsqueda de atención.
Dedura-Palomero, hijo de un padre chileno y una madre lituana, ya es considerado una promesa del tenis mundial. Con 14 títulos junior y 10 en el circuito ITF, su victoria en Múnich lo convierte en el primer jugador nacido en 2008 en ganar un partido en un torneo ATP. Su estilo zurdo, inspirado en Rafael Nadal, y su mentalidad competitiva lo han puesto en la mira de expertos.
El camino del joven en Múnich no fue fácil. Tras vencer a Mackenzie McDonald, un top 100, en la qualy, perdió ante Alexander Bublik. Sin embargo, la retirada de Gael Monfils le dio una oportunidad como lucky loser. Dedura-Palomero aprovechó el momento, mostrando un juego sólido y aprovechando los 39 errores no forzados de Shapovalov.
Ahora, el tenista enfrenta un nuevo desafío en la segunda ronda contra el belga Zizou Bergs, número 50 del mundo. Una victoria podría consolidar su nombre como una de las revelaciones del torneo y del circuito ATP. Su historia, marcada por el esfuerzo y un origen multicultural, ya inspira a muchos.
La polémica por su festejo, aunque sigue generando opiniones divididas, no parece afectar al joven alemán. Dedura-Palomero está enfocado en su próximo partido y en seguir haciendo historia en el tenis. Su irrupción en Múnich es solo el comienzo de una carrera que promete dar mucho de qué hablar.

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