El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha desatado una nueva controversia con una propuesta que está dando de qué hablar. En una reciente entrevista con Fox News, el mandatario reveló que su administración está considerando un programa para incentivar a los migrantes indocumentados a abandonar el país de manera voluntaria. La idea, según Trump, es ofrecerles una suma de dinero y un boleto de avión para que regresen a sus países de origen.
El programa, descrito como una “autodeportación”, busca reducir la presencia de los más de 11 millones de migrantes indocumentados que, según estimaciones, residen en Estados Unidos. Trump aseguró que los detalles aún no están definidos, pero la propuesta ya genera debate. Mientras algunos ven esto como una estrategia pragmática, otros lo consideran un movimiento político para reforzar su imagen de mano dura contra la migración.
El presidente también dejó abierta la posibilidad de que algunos migrantes puedan regresar al país de manera legal en el futuro. “Si son buenos, si queremos que regresen, trabajaremos con ellos para que lo hagan lo más rápido posible”, afirmó Trump. Esta declaración ha sorprendido a muchos, ya que contrasta con su discurso habitual, centrado en deportaciones masivas y un control migratorio estricto.
Desde que asumió su segundo mandato en enero de 2025, Trump ha intensificado las medidas migratorias. Entre sus acciones destaca el refuerzo militar en la frontera con México y un aumento significativo en los arrestos y expulsiones de migrantes. Además, su gobierno ha invocado leyes poco comunes, como la Ley de Enemigos Extranjeros del siglo XVII, para justificar deportaciones rápidas, incluyendo el traslado de más de 200 migrantes, principalmente venezolanos, a una cárcel en El Salvador.
Organizaciones de derechos humanos no han tardado en reaccionar. Varias han presentado demandas en tribunales para cuestionar el uso de leyes antiguas en estas deportaciones, argumentando que violan los derechos de los migrantes. También critican la propuesta de “autodeportación”, señalando que podría generar miedo y presión entre comunidades vulnerables, forzándolas a aceptar el incentivo económico por temor a represalias.
La idea de pagar a los migrantes para que se vayan no es completamente nueva. En el pasado, otros países han implementado programas similares con resultados mixtos. Sin embargo, en el contexto de Estados Unidos, donde la migración es un tema políticamente cargado, la propuesta de Trump promete avivar el debate entre quienes apoyan un control migratorio más estricto y quienes defienden los derechos de los indocumentados.
El impacto económico de esta medida también está en el centro de la discusión. Según expertos, deportar a millones de migrantes podría costar miles de millones de dólares y afectar sectores como la agricultura, donde los indocumentados representan una parte importante de la fuerza laboral. Ofrecer un incentivo económico podría ser una alternativa menos costosa, pero aún no está claro cuánto dinero se destinaría ni cómo se financiaría.
Por ahora, la propuesta de Trump sigue en etapa de planeación, y su implementación dependerá de varios factores, incluyendo la respuesta del Congreso y la opinión pública. Mientras tanto, las comunidades migrantes en Estados Unidos viven en incertidumbre, esperando a ver cómo se desarrollará esta nueva política que, una vez más, pone a la migración en el centro del escenario político.

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TRUMP SORPRENDE AL MUNDO: ¿PAGARÁ A MIGRANTES PARA QUE DEJEN ESTADOS UNIDOS?
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