Steve Kerr, entrenador de los Golden State Warriors, aprovechó la victoria de su equipo contra los Memphis Grizzlies por 121-116 en el torneo de play-in de la NBA para enviar un mensaje contundente. En la conferencia de prensa posterior al partido, apareció vistiendo una camiseta de baloncesto de Harvard, un gesto claro de respaldo a la universidad en su conflicto con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
El lunes, la administración Trump congeló 2,200 millones de dólares en fondos federales destinados a Harvard. La medida fue una represalia por el rechazo de la institución a cumplir con las exigencias del gobierno sobre cómo selecciona a sus estudiantes y maneja sus operaciones. Kerr, conocido por sus críticas abiertas al presidente, no dudó en posicionarse del lado de la universidad.
El entrenador de 59 años explicó que la camiseta le fue obsequiada por Tommy Amaker, técnico del equipo de baloncesto de Harvard. Kerr decidió usarla en un momento clave, justo cuando el conflicto entre la universidad y Trump escalaba. Sus palabras fueron directas: defendió la libertad académica y criticó la intervención del gobierno en las instituciones educativas.
Harvard, una de las universidades más prestigiosas del mundo, se ha mantenido firme ante las presiones de Trump. La decisión de congelar los fondos federales ha generado un debate nacional sobre la autonomía de las instituciones académicas y el papel del gobierno en la educación. Kerr, con su gesto, se sumó a las voces que aplauden la resistencia de la universidad.
El técnico de los Warriors no es nuevo en este tipo de posturas. Durante años ha criticado públicamente a Trump, desde su primer mandato entre 2017 y 2021. En 2024, Kerr apoyó activamente a la candidata demócrata Kamala Harris en las elecciones presidenciales y pidió a los aficionados de los Warriors rechazar los discursos del entonces candidato republicano.
En la cancha, los Warriors lograron una victoria crucial que los clasifica a la primera ronda de los playoffs contra los Houston Rockets. Sin embargo, el impacto de Kerr trascendió el deporte. Su camiseta de Harvard y sus declaraciones resonaron en redes sociales, donde muchos elogiaron su valentía al enfrentar lo que llamó “una de las cosas más estúpidas” que ha escuchado.
Kerr, quien también es entrenador de la selección masculina de Estados Unidos desde 2021, subrayó la importancia de que las instituciones manejen sus asuntos sin injerencias externas. Su mensaje fue claro: las universidades no deberían ser extorsionadas ni obligadas a seguir directrices gubernamentales que limiten su autonomía.
El gesto de Kerr no pasó desapercibido. En un contexto donde las voces disidentes en el deporte son escasas, su apoyo a Harvard destaca como un acto de resistencia. La controversia entre Trump y la universidad sigue en curso, mientras Kerr, con su camiseta y sus palabras, puso el tema en el centro de la conversación pública.