En un operativo contundente en las costas de Quepos, Costa Rica, las autoridades desmantelaron una operación de narcotráfico de gran escala. Tres ciudadanos mexicanos fueron detenidos a bordo de un yate que transportaba 840 kilogramos de cocaína, en una acción coordinada entre la Policía de Control de Drogas y la DEA de Estados Unidos.
El decomiso tuvo lugar en el Pacífico, específicamente en la zona de Quepos, un punto estratégico para el tráfico de drogas en la región. La embarcación, descrita como un yate de lujo con bandera extranjera, fue interceptada tras un patrullaje conjunto que alertó a las autoridades sobre actividades sospechosas en alta mar.
Los detenidos, todos de nacionalidad mexicana, fueron sorprendidos con la carga ilícita cuidadosamente oculta en el yate. Según el Ministerio de Seguridad Pública de Costa Rica, la cocaína estaba distribuida en paquetes que sumaban un total de 840 kilos, con un valor estimado en millones de dólares en el mercado internacional.
La operación contó con el apoyo del Grupo de Operaciones Especiales de la Guardia Costera costarricense, que destacó por su rapidez y precisión. La intervención de la DEA refleja la creciente cooperación internacional para combatir el narcotráfico, un problema que afecta a múltiples países de la región.
Las autoridades costarricenses indicaron que los sospechosos fueron puestos a disposición de la Fiscalía, donde enfrentarán cargos por tráfico internacional de drogas. Este delito, según la legislación de Costa Rica, puede conllevar penas de hasta 20 años de prisión, dependiendo de la gravedad del caso.
El decomiso de esta magnitud representa un duro golpe a las redes de narcotráfico que operan en Centroamérica, una región clave para el trasiego de drogas desde Sudamérica hacia Estados Unidos y Europa. Quepos, en particular, ha sido identificado como un corredor frecuente para este tipo de actividades ilícitas.
En lo que va de 2025, Costa Rica ha intensificado sus esfuerzos antidrogas, con decomisos que superan las 15 toneladas de cocaína. Las autoridades han señalado que el aumento de la violencia en el país está directamente relacionado con la lucha entre bandas narcotraficantes, lo que subraya la importancia de operativos como este.
Este caso pone en evidencia los retos que enfrenta la región en la lucha contra el crimen organizado. Mientras las autoridades celebran el éxito de esta operación, el flujo de drogas sigue siendo un desafío persistente que requiere coordinación global y estrategias más efectivas para frenar su impacto.