El Gran Premio de Bahréin 2025 fue un verdadero calvario para Red Bull, y Max Verstappen no se guardó nada. El tetracampeón del mundo terminó en un decepcionante sexto lugar, muy lejos del podio, y sus críticas al equipo fueron contundentes. Problemas con el ritmo del auto, frenos deficientes y paradas en pits desastrosas marcaron una carrera para el olvido.
Helmut Marko, asesor principal de Red Bull, no ocultó su preocupación tras el fiasco. En una reunión de emergencia con la cúpula del equipo, admitió que la situación es alarmante. “No somos competitivos”, declaró, señalando que el equipo está en una crisis que pone en riesgo su posición en el campeonato. Las palabras de Marko reflejan la gravedad del momento.
El RB21, el monoplaza de Red Bull, está lejos de ser el dominador de antaño. Verstappen se quejó amargamente del balance del auto, que lo dejó sin opciones reales de pelear por la victoria. “Todo lo que podía salir mal, salió mal”, afirmó el neerlandés, visiblemente frustrado tras ser superado incluso por pilotos novatos como Kimi Antonelli.
Las paradas en boxes fueron otro dolor de cabeza. En la primera, un fallo en las luces LED retrasó a Verstappen, mientras que en la segunda, un neumático mal colocado le costó segundos valiosos. Estos errores, poco habituales en un equipo de élite como Red Bull, desataron la furia del piloto y dejaron al equipo en una posición vulnerable.
La tensión no se quedó solo en la pista. Raymond Vermeulen, mánager de Verstappen, tuvo un enfrentamiento con Helmut Marko en el garaje de Red Bull. Según reportes, Vermeulen “sermoneó” al asesor tras la carrera, en una discusión que evidencia las fracturas internas en el equipo. La escena, descrita como intensa, terminó con Vermeulen abandonando el box furioso.
El contraste con la carrera anterior en Japón, donde Verstappen se llevó la victoria, es abismal. En solo una semana, Red Bull pasó de la celebración a una crisis que pone en duda su futuro. Marko admitió que necesitan piezas nuevas para el auto y soluciones urgentes si quieren volver a ser contendientes.
McLaren, por su parte, aprovechó el tropiezo de Red Bull. Oscar Piastri se llevó la victoria en Bahréin, con Lando Norris en tercer lugar, consolidando a la escudería británica como la gran favorita. Red Bull, en cambio, cayó al tercer lugar en el campeonato de constructores, detrás de Mercedes y McLaren.
La presión ahora recae en los ingenieros y directivos de Red Bull. Verstappen, conocido por su exigencia, dejó claro que no tolerará más fallos. Con el campeonato de pilotos liderado por Norris y Piastri pisándole los talones, el neerlandés sabe que no hay margen para más errores.
Marko, siempre directo, reconoció que el equipo está en una posición delicada. “Somos el cuarto equipo en este momento”, dijo, una declaración que pocos imaginaban hace apenas un año. La preocupación por una posible salida de Verstappen al final de la temporada empieza a crecer.
El próximo Gran Premio, en Arabia Saudita, será crucial para Red Bull. Una nueva actuación decepcionante podría profundizar la crisis y alimentar los rumores sobre el futuro de Verstappen. Por ahora, el equipo austriaco enfrenta un desafío que pone a prueba su capacidad para reaccionar bajo presión.