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Honda planea mover parte de su producción de México y Canadá a Estados Unidos

La automotriz japonesa Honda está evaluando una decisión que podría cambiar el panorama de la industria automotriz en Norteamérica. Según información reciente, la compañía considera trasladar parcialmente su producción de vehículos desde México y Canadá hacia Estados Unidos. Este movimiento responde a los aranceles impuestos por el gobierno estadounidense, que buscan fomentar la fabricación local.

El periódico Nikkei informó que Honda pretende que el 90% de los automóviles vendidos en Estados Unidos sean producidos dentro del país. Este objetivo refleja una estrategia para mitigar el impacto de los aranceles del 25% aplicados a vehículos importados desde México y Canadá. La medida, impulsada por la administración de Donald Trump, ha generado preocupación en la industria automotriz regional.

En México, Honda opera una planta en Celaya, Guanajuato, donde se producen modelos clave como el Honda HR-V. Originalmente, la compañía planeaba fabricar la próxima generación del Civic híbrido en este sitio a partir de 2027. Sin embargo, los aranceles han llevado a Honda a reconsiderar y optar por su planta en Indiana, Estados Unidos, para este modelo.

La planta de Honda en Alliston, Ontario, Canadá, también podría verse afectada. Esta fábrica produce modelos como el Honda CR-V, que se exportan principalmente al mercado estadounidense. El traslado de producción podría reducir la actividad en estas instalaciones, impactando a los trabajadores y las economías locales en ambos países.

La decisión de Honda no es un caso aislado. Otros fabricantes, como General Motors y Nissan, también han analizado mover parte de su producción a Estados Unidos para evitar los costos adicionales de los aranceles. Este cambio podría alterar las cadenas de suministro y la dinámica comercial establecida por el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).

El impacto económico de esta posible reubicación es significativo. En México, la industria automotriz genera millones de dólares en exportaciones y emplea a miles de personas. Una reducción en la producción podría afectar a los trabajadores de las plantas y a las empresas proveedoras de autopartes en estados como Guanajuato, Aguascalientes y Puebla.

En Canadá, el panorama es similar. La suspensión temporal de la producción en una planta de Stellantis en Windsor, Ontario, ya ha mostrado los efectos de los aranceles en el sector. La planta de Honda en la misma provincia podría enfrentar retos parecidos si la compañía decide priorizar sus operaciones en Estados Unidos.

Los aranceles han elevado el precio promedio de los vehículos en Estados Unidos, según estudios recientes. Un informe de Benchmark Co. estima que el costo de un automóvil podría aumentar hasta 5,790 dólares. Este incremento podría afectar a los consumidores estadounidenses, quienes enfrentarían precios más altos en el mercado automotriz.

Honda aún no ha confirmado los detalles de su plan, pero la compañía está monitoreando de cerca las políticas comerciales de Estados Unidos. La incertidumbre sobre los aranceles y sus efectos a largo plazo mantiene en vilo a la industria automotriz en Norteamérica.

Este movimiento refleja los retos que enfrentan las automotrices en un entorno de creciente proteccionismo comercial. Mientras Honda y otras empresas ajustan sus estrategias, las consecuencias para México, Canadá y Estados Unidos seguirán siendo un tema clave en los próximos meses.

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