China ha ordenado a sus aerolíneas suspender la recepción de aviones Boeing, una medida que sacude la industria aeronáutica mundial. La decisión llega en medio de una escalada arancelaria entre Pekín y Washington, con aranceles que alcanzan el 145% sobre importaciones chinas en Estados Unidos y el 125% en represalia sobre productos estadounidenses en China.
La prohibición no solo afecta las entregas de nuevos aviones, sino también la compra de equipos y repuestos de empresas estadounidenses. Esto representa un duro revés para Boeing, que ya enfrentaba retos en el mercado chino, donde en 2018 destinaba casi una cuarta parte de su producción.
Las principales aerolíneas chinas, como Air China, China Eastern Airlines y China Southern Airlines, tenían planes de recibir decenas de aviones Boeing entre 2025 y 2027. Ahora, con esta suspensión, al menos 10 aeronaves, en su mayoría Boeing 737 MAX, están en espera, algunas ya estacionadas en Seattle o en centros de acabado en China.
El trasfondo de esta medida es una guerra comercial que no da tregua. Desde abril, ambos países han intensificado sus posturas, con Estados Unidos imponiendo aranceles por motivos que incluyen el combate al contrabando de drogas y China respondiendo con gravámenes que encarecen los productos estadounidenses.
Boeing, atrapada en el fuego cruzado, ve cómo su competidor europeo Airbus y la estatal china COMAC podrían ganar terreno. Airbus, libre de los aranceles que afectan a Boeing, se perfila como una opción más económica para las aerolíneas chinas, mientras COMAC impulsa su modelo C919 con apoyo gubernamental.
En el primer trimestre de 2025, Boeing había entregado 18 aviones a aerolíneas chinas, principalmente a China Southern Airlines. Sin embargo, la falta de nuevos pedidos este año ya reflejaba tensiones. La suspensión actual podría agravar la situación, afectando no solo a Boeing, sino a toda la cadena de suministro aeronáutica.
El impacto económico es incierto, pero los analistas advierten que el sector de la aviación estadounidense será uno de los más golpeados. China, que se espera represente el 20% de la demanda mundial de aviones en las próximas dos décadas, es un mercado clave que Boeing no puede permitirse perder.
Pekín también está considerando apoyar a las aerolíneas que alquilan aviones Boeing para mitigar los costos adicionales. Mientras tanto, la batalla arancelaria sigue su curso, con ambos gobiernos defendiendo sus posturas sin señales claras de un acuerdo que desescale el conflicto.

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China frena en seco a Boeing: ¿Un golpe mortal en la guerra comercial con Estados Unidos?
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