La reciente decisión del presidente Donald Trump de cancelar los permisos de casi un millón de migrantes que usaban la aplicación CBP One para solicitar asilo ha intensificado la crisis en la frontera con México.
Ciudades como Ciudad Juárez y Tapachula enfrentan una presión creciente, con albergues al límite y migrantes atrapados en un limbo legal, lo que ha disparado la incertidumbre.
Organizaciones de derechos humanos alertan sobre un aumento en la desesperación, con muchos migrantes abandonando la idea de cruzar a Estados Unidos y buscando ahora opciones para quedarse en México.
Casos como el de Dilsia Esperanza, una migrante hondureña que obtuvo su residencia permanente en México, muestran cómo las políticas más estrictas están empujando a las personas a replantear su futuro lejos de la frontera.