¡Vaya golpe en Morena! La presidenta nacional del partido, Luisa María Alcalde, dejó en claro que el senador Miguel Ángel Yunes Márquez no será bienvenido en sus filas, tras un rechazo rotundo a su solicitud de afiliación. Lo que parecía un trámite sencillo se convirtió en un escándalo político que expone las fracturas internas del partido gobernante.
Todo comenzó cuando Yunes Márquez, exmilitante del PAN, intentó dar el salto a Morena, apoyado por figuras como Adán Augusto López y Gerardo Fernández Noroña. Sin embargo, la resistencia no se hizo esperar. La gobernadora de Veracruz, Rocío Nahle, encabezó las críticas, acusándolo de no representar los valores del movimiento y prometiendo pruebas de supuestos delitos en su contra.
Alcalde, en un movimiento que sorprendió a muchos, decidió ponerle freno al asunto. A través de un mensaje oficial, confirmó que la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia de Morena evaluó el caso y cerró la puerta al senador. Aunque Yunes seguirá en la bancada morenista en el Senado, su intento de formalizar su militancia quedó en nada.
El revés no pasó desapercibido. Yunes Márquez, visiblemente afectado, retiró su solicitud argumentando que no quería generar divisiones. Pero el daño ya está hecho: este episodio deja al descubierto las tensiones entre los líderes de Morena y sus bases, que no ven con buenos ojos la llegada de figuras controvertidas del pasado.
Mientras tanto, Nahle y otros morenistas celebran el resultado como una victoria de la “congruencia”. La pregunta ahora es cuánto tiempo podrá Morena mantener su fachada de unidad con estas pugnas internas a la vista de todos.