Cientos de habitantes de Hidalgo y Guerrero tomaron las calles y bloquearon la avenida Insurgentes Sur, en la Ciudad de México, frente a las oficinas de la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes. Su demanda es clara: una reunión urgente con el titular de la dependencia para que se atiendan las devastadoras afectaciones que dejó el huracán Otis en sus comunidades.
El paso de Otis, que azotó como categoría 5 en octubre de 2023, dejó un rastro de destrucción en carreteras, viviendas y servicios básicos, pero los manifestantes aseguran que la respuesta del gobierno federal ha sido lenta y deficiente. Mientras las autoridades se llenan la boca con promesas, las comunidades afectadas siguen esperando soluciones reales.
La protesta paralizó el tráfico en una de las principales arterias de la capital, afectando a miles de automovilistas. Los habitantes, hartos de la indiferencia, exigen que se reparen las vías dañadas y se brinde apoyo inmediato a las zonas que aún no se recuperan del desastre natural.
La Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes no ha emitido una respuesta oficial ante el bloqueo. La presión aumenta sobre el gobierno federal, que parece más ocupado en discursos que en atender las necesidades de quienes lo perdieron todo tras el huracán.
Este acto de desesperación pone en evidencia la falta de acción efectiva por parte de las autoridades. Los habitantes de Hidalgo y Guerrero no solo luchan contra las secuelas de Otis, sino también contra un sistema que, según ellos, los ha abandonado a su suerte.