El equipo de Elon Musk, al frente del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), ha dado un paso drástico al ordenar el cierre total de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), según fuentes cercanas a la operación. Este movimiento implica el despido de miles de trabajadores locales y diplomáticos estadounidenses en el extranjero.
La decisión, reportada por Reuters, marca el fin de USAID como entidad independiente, con planes para que sus funciones sean absorbidas por el Departamento de Estado antes de julio. Se espera que para septiembre todos los empleados, incluyendo más de 10,000 contratados locales, sean despedidos.
El proceso comenzó en febrero bajo la administración de Donald Trump, quien, junto a Musk, impulsó una reestructuración enfocada en una política de “Estados Unidos primero”. Las oficinas de USAID en el extranjero cerrarán, y los diplomáticos asignados a la agencia también perderán sus puestos.
Trump ha calificado a USAID de fraudulenta y dirigida por “lunáticos radicales de izquierda”, mientras Musk la ha acusado de ser una organización “criminal”, aunque sin pruebas concretas. Estas declaraciones han acompañado una serie de recortes que han generado controversia.
El desmantelamiento ha sido criticado por exfuncionarios de USAID, quienes advierten que el cierre pone en riesgo décadas de trabajo humanitario y de desarrollo global liderado por Estados Unidos. Sin embargo, la Casa Blanca defiende la medida como un ajuste necesario.
Este cambio refleja la influencia de Musk en el gobierno federal, quien ha liderado esfuerzos para reducir el tamaño de varias agencias bajo el argumento de eliminar gastos innecesarios. La transición de USAID al Departamento de Estado ya está en marcha.