El Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos ha iniciado una ola de despidos que podría dejar sin empleo a unas 10 mil personas. Este martes, varios trabajadores recibieron notificaciones de terminación como parte de una reestructuración masiva en el sector salud, según reportes recientes.
La medida afecta principalmente a empleados de agencias clave como la Administración de Alimentos y Medicamentos y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades. Algunos se enteraron de su despido al intentar ingresar a sus lugares de trabajo, cuando sus credenciales de acceso fueron desactivadas sin previo aviso.
Esta reestructuración, impulsada por la administración actual, busca reducir costos y personal en el gobierno federal. Sin embargo, ha generado incertidumbre entre los trabajadores, muchos de los cuales llevaban años en sus puestos y ahora enfrentan un futuro laboral incierto.
Organizaciones sindicales han alzado la voz, denunciando que los despidos se han ejecutado de manera abrupta y sin claridad. Se estima que esta decisión podría impactar la capacidad de respuesta ante emergencias de salud pública en el país.
A pesar de las críticas, el gobierno defiende la medida como un paso hacia la eficiencia administrativa. Mientras tanto, los afectados buscan respuestas y soluciones en un contexto de creciente preocupación por el rumbo del sistema de salud estadounidense.