La construcción del tren Querétaro-Irapuato, una de las promesas estrella del gobierno de Claudia Sheinbaum, está a punto de arrancar con una inversión millonaria que levanta sospechas. Según lo anunciado, las obras iniciarán en julio de 2025, pero los detalles escasean y las dudas crecen sobre su ejecución.
Este proyecto, que forma parte de la ambiciosa red ferroviaria del gobierno federal, promete conectar dos ciudades clave del Bajío con una doble vía de 110 kilómetros. Se habla de 58 mil 760 millones de pesos destinados al tramo, una cifra que suena impresionante, pero que no termina de convencer a todos.
Andrés Lajous, titular de la Agencia Reguladora de Transporte Ferroviario, asegura que el tren estará listo para 2028, beneficiando a tres millones de personas en Querétaro, Celaya, Salamanca e Irapuato. Sin embargo, la opacidad en los estudios previos y la participación del Ejército en la obra generan más preguntas que respuestas.
La presidenta Sheinbaum insiste en que esta obra transformará la movilidad y la economía, pero los antecedentes de proyectos como el Tren Maya invitan al escepticismo. ¿Cumplirán los plazos o será otro elefante blanco del sexenio?
Por ahora, el gobierno presume que generará 88 mil empleos, 30 mil directos, mientras los ciudadanos esperan que no sea solo un discurso más. La cuenta regresiva para julio ya empezó, y con ella, la incertidumbre sobre si este tren realmente llegará a buen destino.