La inseguridad en Toluca, capital del Estado de México, ha alcanzado niveles alarmantes, posicionándola como líder en el robo de autopartes en la entidad. Según datos recientes, los delincuentes operan con total impunidad, dejando a los ciudadanos indefensos ante una ola de crímenes que parece no tener fin.
Reportes indican que colonias como San Bernardino y la zona centro son las más afectadas. Los ladrones, organizados en bandas, aprovechan la falta de vigilancia para desmantelar vehículos en cuestión de minutos, llevándose desde espejos y faros hasta baterías y computadoras.
La Secretaría de Seguridad del Estado de México parece incapaz de contener esta creciente amenaza. Vecinos denuncian que, a pesar de las promesas de mayor patrullaje, los robos no disminuyen, y la respuesta de las autoridades es lenta o inexistente.
Mientras tanto, las víctimas enfrentan pérdidas económicas considerables y un sentimiento de vulnerabilidad que crece día con día. Toluca, alguna vez considerada una ciudad tranquila, hoy es un reflejo del abandono en materia de seguridad que aqueja a muchos municipios mexiquenses.
La situación pone en evidencia la urgencia de estrategias efectivas para combatir este delito. Sin una acción contundente, los habitantes seguirán siendo blanco fácil de la delincuencia que azota las calles.