Este miércoles 2 de abril, una megamarcha de transportistas promete paralizar la Ciudad de México y el Estado de México, y el gobierno de Morena parece no tener respuesta. La Alianza de Transportistas, Comerciantes y Anexas de México (ACME) ha convocado a esta protesta masiva para exigir soluciones a lo que llaman una persecución brutal y fabricación de delitos por parte de autoridades en Tlalnepantla, un municipio bajo el control de Morena.
La movilización arrancará a las 8:00 de la mañana desde varios puntos del Valle de México, con rumbo al Zócalo capitalino. Los transportistas señalan directamente al gobierno municipal de Raciel Pérez Cruz y a la Fiscalía del Estado de México como los responsables de sus males, acusándolos de abusos de autoridad que ya no pueden tolerar. ¿Hasta cuándo seguirán estos atropellos sin que Sheinbaum o Delfina Gómez muevan un dedo?
Se esperan cortes a la circulación y reducción de carriles en las principales vías que conectan el Edomex con la CDMX, además de bloqueos en accesos al Zócalo. Aunque prometen una marcha pacífica, el caos vial será inevitable, afectando a miles de ciudadanos que nada tienen que ver con esta crisis desatada por la ineptitud de las autoridades.
La gota que derramó el vaso fue una reunión en el Monumento a la Revolución, donde más de mil líderes votaron por esta medida desesperada. Exigen la intervención de la presidenta Claudia Sheinbaum y la gobernadora Delfina Gómez, pero la pregunta es clara: ¿escucharán o seguirán ignorando a quienes mueven al país? Esto pinta para ser otro día de descontrol courtesy de Morena.