El reloj sigue corriendo en el gobierno del Estado de México, y la administración de Delfina Gómez, de Morena, enfrenta una presión cada vez mayor. Entre los pendientes está el ambicioso Plan Estatal de Desarrollo, que aún no ve la luz, mientras las promesas de campaña parecen diluirse en el aire. La ciudadanía comienza a cuestionar si el cambio prometido por la 4T llegará alguna vez.
A esto se suma el impacto económico que dejó la emergencia en Guerrero. El transporte foráneo mexiquense, vital para el turismo hacia Acapulco, está en jaque, especialmente en estas fechas clave. Las pérdidas ya se sienten, y la temporada decembrina pinta igual de sombría. ¿Dónde está la estrategia para contener esta crisis?
Por si fuera poco, el estado podría enfrentar una ola migratoria de damnificados desde Guerrero. Si bien el territorio mexiquense siempre ha sido solidario, la llegada masiva pondría a prueba los servicios básicos: vivienda, salud, empleo y educación. Sin un plan claro, el gobierno de Morena parece improvisar sobre la marcha.
La gobernadora, fiel a su estilo, guarda silencio mientras los problemas se acumulan. Los mexiquenses, entre la incertidumbre y la expectativa, esperan respuestas concretas. Pero, por ahora, lo único que abunda son las buenas intenciones y las justificaciones. ¿Hasta cuándo?

Imagen generada por IA con fines informativos o representativos. Digital Plural se deslinda de cualquier uso o interpretación.
Se comenta: Tensiones políticas y rezagos en el Estado de México
Compartir: