La violencia en el Estado de México no da tregua: fuerzas federales y estatales lanzaron la Operación Bastión para golpear a la Familia Michoacana, un grupo criminal que sigue sembrando terror en la región. El pasado 28 de marzo, se realizaron cateos simultáneos en 21 ranchos, casas y bodegas en seis municipios del sur del estado. La inseguridad sigue siendo un problema que el gobierno parece incapaz de controlar.
Los operativos se concentraron en Amatepec, Luvianos, Sultepec, Tejupilco, Temascaltepec y Tlatlaya, zonas donde la Familia Michoacana opera con impunidad. Participaron la Secretaría de la Defensa Nacional, la Marina, la Guardia Nacional y la Fiscalía estatal, en un intento desesperado por frenar el avance del crimen organizado. Sin embargo, la pregunta sigue en el aire: ¿hasta cuándo seguirán estos grupos dominando el territorio?
Las autoridades aseguraron propiedades lujosas vinculadas a los hermanos Hurtado Olascoaga, líderes de la organización. Ranchos con piscinas, lagos artificiales y acabados extravagantes muestran cómo el narco vive a sus anchas mientras la población sufre extorsiones y violencia. Todo esto, presuntamente, con la complicidad de autoridades locales que habrían facilitado la construcción ilegal de estos sitios.
El operativo busca debilitar las finanzas de la Familia Michoacana, pero los resultados concretos aún no se revelan. La falta de acción efectiva del gobierno federal y estatal sigue dejando a los ciudadanos a merced de los criminales. La Operación Bastión es solo un parche más en una herida que no deja de crecer en el Edomex.