Salvo que Donald Trump dé un giro inesperado este miércoles y retire sus sanciones comerciales, México está a punto de recibir un golpe económico que parece inevitable. El artículo publicado en Periódico Correo señala que las medidas del presidente estadounidense han puesto en jaque al país, y el panorama no luce alentador.
La amenaza de nuevos aranceles, que se suman a los ya impuestos sobre autos, acero y aluminio, tiene al gobierno mexicano contra las cuerdas. Lejos de ser una simple advertencia, estas políticas reflejan la mano dura de Trump, quien no parece dispuesto a ceder terreno en su estrategia contra socios comerciales como México.
El impacto económico podría ser devastador, especialmente en sectores clave que dependen de las exportaciones a Estados Unidos. Las negociaciones, hasta ahora, no han logrado suavizar la postura de Washington, dejando entrever una debilidad en la respuesta mexicana ante esta crisis.
Mientras el mundo observa, la incertidumbre crece. Este nuevo capítulo en las relaciones bilaterales podría redefinir el comercio regional, y México, por ahora, parece llevar la peor parte en este enfrentamiento económico con el gigante del norte.