Un nuevo episodio de violencia sacude León, Guanajuato. La noche del sábado, un ataque armado en la colonia Santa Anita AC dejó un saldo devastador: dos hombres muertos y cuatro personas heridas, incluyendo menores de edad. La sangre sigue corriendo en las calles mientras la inseguridad se dispara sin control.
El incidente ocurrió en la calle Monte Malintzi, donde varios sujetos armados abrieron fuego contra una familia que convivía afuera de su domicilio. Las víctimas fatales, de 70 y 30 años, fallecieron en el hospital tras ser alcanzadas por las balas. Entre los heridos hay una bebé de 8 meses, una niña de 4 años, una adolescente de 16 y una mujer de 30, todos en condición estable pero bajo el impacto de esta tragedia.
La policía municipal reaccionó tras el reporte y logró detener a dos presuntos agresores en un operativo. Los capturados portaban un arma de fuego, cartuchos y un vehículo que fue asegurado. Sin embargo, la rapidez de la detención no borra el hecho: la violencia armada sigue imparable en el estado.
Este ataque es solo una muestra más del colapso en seguridad que vive Guanajuato. Las autoridades parecen incapaces de frenar la ola de crímenes que aterroriza a la población. Mientras tanto, familias enteras pagan el precio de un gobierno que no actúa frente al caos.
La ciudadanía queda a la merced de los delincuentes, y casos como este, con menores heridos y vidas perdidas, evidencian la urgencia de medidas efectivas. La pregunta sigue en el aire: ¿hasta cuándo seguirán estas masacres sin respuesta?