Autoridades de Quintana Roo lograron un golpe contra la delincuencia al capturar a Alejandro N., alias “El Rayo”, un peligroso sicario señalado como uno de los responsables del brutal asesinato de José Roberto Rodríguez Bautista, secretario de Seguridad Pública de Tulum. La detención se llevó a cabo en Veracruz, tras una intensa persecución que expone la magnitud de la crisis de violencia en el país.
El crimen, ocurrido el pasado 21 de marzo, sacude nuevamente a Quintana Roo, un estado donde la inseguridad parece desbordada. Rodríguez Bautista fue emboscado al llegar a su casa, un ataque planeado durante meses por un grupo criminal que no da tregua. La captura de “El Rayo” revela que un líder de Tamaulipas ordenó el homicidio como venganza por operativos previos del fallecido en Colima, mostrando cómo el crimen organizado opera sin límites ni fronteras.
Alejandro N., de 42 años y originario de Taxco, Guerrero, fue detenido el 27 de marzo en coordinación con fuerzas estatales y federales. Tras el asesinato, huyó a Tampico y luego a Veracruz, pero finalmente cayó en manos de la justicia. Ahora enfrenta prisión preventiva en Cancún por homicidio culposo, aunque las autoridades advierten que hay más sicarios prófugos, incluido un violento guatemalteco apodado “El Chaparro”.
La Fiscalía de Quintana Roo asegura que no descansará hasta detener a los ocho cómplices restantes, prometiendo penas de hasta 50 años. Sin embargo, este caso pone en evidencia la vulnerabilidad de las autoridades y el fracaso en contener la ola de violencia que azota al país, dejando a ciudadanos y turistas en constante riesgo.
El seguimiento al secretario duró cinco meses, con intentos previos fallidos de asesinato. El ataque final, ejecutado con armas de uso exclusivo del ejército, demuestra la audacia y el poder de fuego de estos grupos. Mientras el gobierno celebra esta detención, la pregunta sigue en el aire: ¿hasta cuándo seguirá la sangre corriendo en las calles sin una solución real?