El arranque de las campañas para la elección judicial en México dejó en evidencia el absoluto desinterés de los ciudadanos, quienes parecen ignorar por completo este proceso inédito impulsado por el gobierno de Morena. Lejos de generar entusiasmo, el primer día pasó desapercibido para la mayoría.
Los candidatos, limitados por las reglas del INE, se volcaron a las redes sociales con spots y publicaciones que intentaron mostrar su día a día o explicar qué hace un juez, pero el impacto fue mínimo. En plataformas como X, los temas del momento fueron Irán o Shakira, mientras que la elección judicial ni siquiera asomó en las tendencias.
En la Ciudad de México, la candidata a ministra Mónica Güicho dio una conferencia de prensa para hablar de su perfil, pero el eco fue escaso. Otra aspirante, Dora Martínez Valero, conocida como “Dora la transformadora”, salió a volantear en el Centro Histórico, aunque su esfuerzo no logró encender el interés popular.
La reforma judicial, bandera del gobierno federal y de Claudia Sheinbaum, prometía revolucionar el sistema, pero este inicio tibio pone en duda su legitimidad. Mientras Morena insiste en su narrativa de cambio, la apatía ciudadana y la falta de atención revelan un proyecto que, por ahora, no conecta con la gente.