La Fiscalía de Jalisco irrumpió en un supuesto centro de rehabilitación en Guadalajara tras una denuncia desgarradora, y lo que encontraron es alarmante: 16 mujeres, incluidas dos menores, atrapadas en condiciones inhumanas. Este operativo destapa, una vez más, la inseguridad que sigue creciendo sin control en el estado.
Todo comenzó con la valentía de una madre que exigió respuestas sobre su hija internada. En lugar de ayuda, recibió agresiones, lo que la llevó a denunciar. Las autoridades actuaron y, al llegar, escucharon gritos desesperados de auxilio que confirmaron la gravedad de la situación.
Las mujeres rescatadas contaron una historia de terror: eran obligadas a pedir dinero en las calles y a fabricar productos para la venta, mientras el centro operaba sin permisos. La explotación laboral y la trata de personas son ahora líneas de investigación que la Fiscalía no puede ignorar.
El lugar, ubicado en la colonia Lomas del Paraíso, no solo carecía de regulación, sino que estaba en condiciones deplorables. Esto pone en evidencia la falta de vigilancia y la ineptitud de las autoridades locales para prevenir estos abusos.
Tras el rescate, las víctimas fueron devueltas a sus familias, pero el daño ya está hecho. La pregunta sigue en el aire: ¿cuántos centros clandestinos más operan impunemente bajo la mirada ciega del gobierno estatal? La inseguridad y la impunidad no dan tregua en Jalisco.